6. Budin de Pan

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Hogar dulce hogar es en donde desearía estar pero en vez de eso su padre le había obligado a quedarse unas semanas más por si surgía algo, él debía de quedarse mientras que su hermana podía regresar a casa hacer quien sabe que, y mandaran a Jade para reemplazarla, en verdad su padre no los conocía, si así fuera sabría que cuando ellos dos se juntan para ir q una fiesta se armaba un mayor desastre de al que se armó con la orgía. Pero para la llegada de su hermano tendría que esperar un día o más, primero debía de llegar Liz para que manden a Jade como reemplazo de mi hermana. Ahora tan sólo se dedicaba a leer acostado en su cama y escuchar I want to be your boyfriend de Hot Freaks, movía alegre sus piernas en el aire, por alguna razón esa canción siempre lo ponia de buen humor y no podía dejar de sonreír como un bobo. Pero si les soy sincera, el jamás había tenido una relación estable ni tampoco estaba enamorado de alguien tan profundamente como lo planteaba aquella canción que tanto le encantaba escuchar, y digamos que desde su adolescencia siempre había ido, ¿como lo digo?... De polla en polla, era un jodido ninfómano y no lo negaba, le gustaba tener sexo y era como todo un Zeus en ese tema, pero siempre había deseado hacer aquel acto con ese alguien especial, pero los príncipes azules no existen y cuando crees que encontraste a uno, este resultó ser el jodido Barba Azul. Esto es una mierda. El amor era complicado y él no lo entendía, pero eso no importaba, aún no se enamoraba y deseaba que eso siguiera asi, le gustaba disfrutar de su tranquilidad, una vez le había preguntado a Liz que se sentía estar enamorado, y su respuesta no lo ayudo mucho que digamod.

-Se siente como si quisieras vomitar-lo explico ella, aunque su forma de explicarlo no era la mejor que digamos.

Y otro día, cuando Jade se puso de novio con una bella chica, ¿Jane, o Clare? En verdad no lo recordaba, pero lo que si recordaba era lo colado que había quedado su hermano por esa chica, p3oe al final ella lo engaño, pero no les voy a contar esa historia, no es muy bonita a decir verdad. El punto es, que su hermano estaba muy enganchado por esa chica, y le hizo la misma pregunta que a su hermana.

-Es como si tuvieras todo el tiempo ganas de vomitar pero la vomitada nunca sale-explico él, al parecer nadie tenía otra forma de explicar que se sentía estar enamorado.

Y si se sentía como si quieras vomitar pero no lo haces, sinceramente, no quisiera él jamás estar enamorado si se iría a sentir de esa forma tan incómoda, e ignorando el asunto del enamoramiento, se la paso comiendo comida chatarra por lo que resto del día, necesitaba ir a un gimnasio urgentemente antes de que esas cosas hagan efecto en su cuerpo. Tampoco es como si se dedicará a seguir con su rutina de ejercicio habitual.

Dejando la comida de lado y con el estómago lleno a más no poder, salió del cuarto y se fue en busca de un jodido gimnasio, se suponía que era alguien que mantenía un buen físico, pero si comía como gordo y no tiene un lugar en donde quemar esas calorías demás, estará como un cerdito para cuando llegué su hermano, y conociendo a Jade se burlaria de él como hacia cuando niños y estaba gordo por comer tanto budin de pan que hacia su tía Estefanía.

Cuando salió a las calles de regreso sentía aquella mirada, sabía que ese hombre lo estaba viendo, a decir verdad se había acostumbrado a ser seguido por paparazzis que lo seguía porque olfatean una buena historia, ya que siempre había una pelea o algún desmadre cuando él iba a una fiesta, más si era una clandestina que era las que más frecuentaba. Harry lo estaba siguiendo y era discreto, pero no había ser en la tierra que no fuera detectado por él a la hora de ser seguido. Fue por caminos por los cuales no pensaba ir, dando vueltas repentinas, en zig zag, planeaba perderlo y cuando se metió en ese callejón, pudo apreciar como aquel hombre vestido de minero seguía de largo, sonrió victorioso al ver como su plan rendía frutos, salió del callejón apresurado, antes de que el otro sujeto se diera cuenta que lo había perdido de vista. Regresando a su ruta original fue a donde él supermercado en donde se encontró nuevamente con Sarah, la saludo con una sonrisa, realmente se sentía mal por ella, pero no iba a ser él quien le dijera que le sobraban las gorras (es decir, que la engañan),prefería que ella lo descubriera por cuenta propia y no a base de terceros.

Fue a la sección del alcohol y tomo dos botellas de ron y fue a por algunas frutas, se iba a preparar un trago decente, ya había pasado mucho tiempo tomando whisky y alcohol barato, era momento de beber algo como la gente algo bien fuerte. Pagando sus cosas salió de la tienda, pero fue como si literalmente tuviera un imán para ese sujeto, ya que estaba allí, parado al otro lado de la calle, observandolo desde un callejón oscuro, como todo un friki.

¿Y qué debería hacer ahora?

Ya le estaba hartando ese juego del acosador y el acosado, quería de regreso a su paz y tranquilidad, pero él no ayudaba en lo más minimo, ¿Que quería él con su persona? ¿Una cita capaz? Bart no tenía la menor idea, no era adivino, y tal vez, la única opcion que le quedaba no era la mejor, debía se acercarse y hablarle, ¡Pero por Dios santo! ¡¿Porque ahora algo tan sencillo parecía ser similar a viajar a la luna?! Sólo debía ir y hablarle, preguntar acerca de porque no para de seguirlo y punto, es algo bastante sencillo y estúpido si lo vez desde la perspectiva de Bart. Soltó un bufido a lo bajo, se sentía bastante estúpido por pensar en encarar a quien lo seguía desde que había irritado... Descartó la idea de acercarse y tan sólo se dio la vuelta y regreso al hotel a paso veloz, era verdaderamente estúpido ir y acercarse y decirle, "Hey, ¿porque me sigues?" No era un tarado, además de que se sentiría ridículo si hiciera eso, pasaría la mayor vergüenza de toda su vida.

- ¡Señor Darcy!

Regreso unos cuantos pasos al oir como era llamado, al voltear se vio con la para nada grata sorpresa de encontrase con Tom Hanniger, y con sólo verlo a los ojos supo que quería.

- ¿Quieres que digamos que ya tuvimos la conversación que estamos a punto de tener? -inquirio, con sus manos puestas en su cintura, resaltando lo fina de la misma.

-Señor Darcy-dijo apenas, confundido.

-Bien esa a sido tu intervención, está es la mía-exclamo, acorralando al de menor altura contra el muro-Si. Podemos tener sexo sin ningún problema, pero no te creas que me vayas a convencer de devolverte la mina del pueblo, ahora es de mi padre, tu ya firmaste los papeles de entrega y hagas lo que hagas, no me vas hacer cambiar de opinión.

De reojo diviso a la distancia de nuevo aquel minero, no supo porque lo hizo, pero se separó al instante de Tom, quien estaba más rojo que un tomate, Bart no quería que lo viera de ese modo, no quería que viera esa parte de él, aunque en verdad no supo porque, se despidió del tomate viviente y se fue de regreso al hotel, bajo la insistente mirada del minero.

Chocolate ᴴᵃʳʳʸ ᵂᵃʳᵈᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora