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-Incluso la persona mas inocente a sido seducida por la oscuridad, y le a invitado a entrar en su vida con una de sus mejores sonrisas. - Veronika Hoult.

—Hola, Veronika —¡Oh no! Otra vez esa voz no, salgo corriendo. Tratando de huir de el, pero el piso en el que corro se empieza a mover hacia el. El solo acto de presencia de este hombre me hace poner los vellos de punta.

— Estas huyendo, mi pequeña Savanna— Ese maldito nombre no por favor, con el maldito nombre con el cual me llamo cuando mato a mi madre y me obligo a que viera con mis propios ojos no. Mierda, ésto parece una jodida pesadilla.

—Veronika JA, JA, JA... —No, su maldita risa no, la misma que perturba mis sueños no por favor.

En ese momento el hombre tira de mi pierna haciendo que caiga al piso. Un golpe seco en mi cara hace que me despierte de mal humor, ¡Genial! Acabo de caerme de la cama. Que mejor manera de empezar mi día. El ruido de la puerta hace que levante mi ahora roja cara gracias a el impacto.

La cara de Apolo mordiendo su labio con fuerza para no reírse es lo que veo al enfocarme en la puerta. ¡Graciosito! Comió payaso está mañana.

—¿Te caiste de la cama?—Pregunta aguantando una carcajada. ¡Que se ría de su...

Apoyo mi codo en el piso y mi cara en mi mano para mirarlo con sarcasmo—¿Que? No. Es que el piso se sentía solito, y baje para darle un abracito y un besito para que ya no se sienta así—Digo con ironía. Este ridículo de verdad que a veces hace unas preguntas estúpidas. Aunque aún así amo a ese imbécil

La carcajada ronca que resuena de la garganta de Apolo es avismal, me mira y ladea una sonrisa—Levantate, vamos a comer.—Dice para luego salir de la habitación, ¿Será que...

—¡¿Me haces Hotcakes?!—Pregunto en un grito, sabiendo que ya se encuentra lejos de donde me encuentro.

—¡¿Aprenderás a cocinar algún día?!—Pregunta de vuelta. En serio, no se porque pregunta cosas que nunca van a pasar.

—¡¿Para que si te tengo a tí querido Apolo?!—Grito levantándome del piso. Apolo y yo vivimos en una pequeña cabaña a la salida de el pueblo, no es mucho pero al menos tenemos algo donde dormir.

Las personas del pueblo son demasiado... Excéntricas, sus costumbres "religiosas" van primero que cualquier otra cosa. Los domingos, el diablo se viste de traje y se adentra a la iglesia.

Nunca nos dejaron vivir en el pueblo, ya que los asesinos que a según yo cometí son impuros en su sociedad. Nadie nos brindó una mano amiga, ni mucho menos trabajo.

Aunque ahora estamos trabajando en un bar de mala muerte en dónde van cada noche los padres de familia a divertirse. Lo bueno de este trabajo es que todos tenemos que usar una máscara para que nadie nos reconozca.

Al llegar a la cocina encuentro a Apolo con un shorts de pijama y su torso desnudo mostrando su trabajado cuerpo gracias al ejército que hace todos los días y sus brazos cubiertos de tinta. Este chico es jodidamente sexy y le encanta presumirlo, o mejor dicho presumirse.

—Veronika Viktoria, sabes que tenemos que ir a la iglesia a la misa de tu padre—Dice volteando hacia mí, ¡Genial! Con esas palabras me ha arruinado completamente mi mañana.

—Esa mierda no es mi padre, Apolito—Digo mientras me tiende un plato de Hotcakes.

—Come—Me ordena mirándome. Me encanta, me jodidamente encanta cuando Apolito se vuelve mandon.

—¿Te puedo comer a tí?—Pregunto inocentemente mirándolo con mi más fingida mirada tierna.

Se acerca hacia mí y me encierra entre sus brazos, su respiración choca con la mía de manera caliente—Me puedes comer las veces que quieras,—Dice mirándome la tetas por encima de la blusa de tirantes blanca que cargo puesta la cual marca mis pezones—pero en este momento necesito que te alimentes—Dice apartándose de mi dejándome necesitada de su calor. Idiota.

El Misterio De Veronika Hoult+18 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora