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-Violadores ¿ Porque no matarlos ? -Vik.

Entramos en el bosque para perder al gentío. En el hay un frío increíble y una capa de neblina densa que hace que no podamos ver bien, creo que llevamos como dos horas caminando, con frío, yo con un vestido y el con un sexi traje con el cual parece un psicópata arrogante.

Bueno, arrogante si es y psicópata creo que también.

—Vik, creo que en vez de perder a las personas nos perdimos nosotros—Dice con una sonrisa algo retorcida. ¿Qué quiere hacer este?

—Apolo,—Pongo mi mano en su hombro—No vamos a follar en un bosque. Además no creí que te iban ese tipo de fetiches

Me mira con una ceja alzada—Veronika, ¿Cuando yo dije algo de follar?—Dice casi soltando una carcajada. En serio no entiendo porque no se va y se ríe de su abue...—Pero pensándolo mejor, ¿Quieres follar un poco?

Me río por como lo dijo, ¿Un poco? Bueno aunque no sería mala idea después de todo.

Asiento con la cabeza y el comienza a acercarse con las pupilas algo dilatadas. Esto va a estar bueno.

Apolo fue mi primera vez después de todo, casi nadie en este pueblo quería estar con la chica que todos odiaban. Sería como bajar sus "Altos niveles" a uno como el "Mío"

Apolo siempre estuvo en contra de todo el abuso que me hacían las personas de este pueblo constantemente, en nuestra adolescencia ya vivíamos juntos. El técnicamente fue la persona que me saco de la casa del maldito.

A la edad de diecisiete años ya éramos unos pubertos con ganas de experimentar acerca de nuestra sexualidad y se dió, el fue mi primera vez y yo fuí la suya.

Apolo y yo nos besamos como si no hubiese un mañana literalmente. Nuestros besos siempre están llenos de necesidad y algo de pasión.

La lengua de Apolo juega con la mía y suelto un suspiro de placer cuando sus manos viajan a mis nalgas.

Puedo decir que Apolo y yo lo hemos hecho en muchas partes, más nunca en un bosque. Aunque es exitante.

Las manos que se encontraban masajeando mis nalgas bajan a mis muslos subiendome a sus caderas de un salto.

Nos seguimos besando con necesidad apoyándonos de un árbol del cual no me había dado cuenta que estaba pegada. Una de las manos de Apolo viaja a mi cuello y me ahorca un poco haciendo más presión en mi vena yugular en dónde siente mi pulso acelerado. Siento como la sangre caliente fluye con rapidez por mis venas, Apolo tira de mi labio rompiéndolo haciendo que yo haga una mueca y nuestro beso sepa metálico gracias a la sangre. El sabe que este tipo de cosas me exitante completamente.

Nos separamos por falta de aire y la boca de Apolo baja a mi cuello mordiendo y chupando a su antojo. Muevo mi cuello al lado contrario dandole el poder de hacer con ese uno de mis puntos débiles, todo lo que quiera.

Las manos de Apolo que ahora se encuentran en mi trasero me empujan hacia el dando un embate duro contra mi ropa interior jodidamente mojada. Puedo sentir lo duro que está y hace que suelte un gemido volteando mis ojos por la presión y la descarga de placer que recorrió mi cuerpo al sentirlo en dónde justo más lo necesito.

A Apolo y a mi nos encanta el juego previo al acto carnal, nos tocamos y jugamos el uno con el otro siempre.

Una de las manos de Apolo viaja a uno de mis pechos que está cubierto solamente por el vestido ya que no traigo puesto un brasier y aprieta mi punto duro y da otro embate haciendo que gima más fuerte y eche mi cabeza hacia atrás.

Un ruido nos saca de nuestra burbuja de placer.—¿Escuchaste eso?—Pregunta Apolo.

—Ha de ser alguna ardilla.—Le digo volviendole a besar, y no. Nunca fue una ardilla lo que hizo el ruido que nos hizo desconcentrarnos.

El Misterio De Veronika Hoult+18 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora