(Siempre pongo el nombre de Elisabeth ya que es el mío y me siento inspirada para escribir, pero si os incomoda o molesta puedo cambiar el nombre o escribir neutral, sin nombre)
Advertencia: angustia / fluff / un poco smut (?)
Menciones: psicólogo, traumas infantiles, mental health
Palabras: 4517
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Sarah Paulson (47) está preocupada por su amiga Elisabeth López (30), la actriz lleva días sin saber nada de ella, lo único que sabe es que esta en su piso de Nueva York, sabe que la pelirroja cuando no está bien se encierra así misma, a no ser que tenga que trabajar, si no es por ese motivo se aísla de todos sus seres queridos, hace un parón, desaparece del mapa sin dejar rastro.
Hace dos días llamo a su manager Patricia y está le informó que necesitaba descansar, su última película la dejó agotada y que mentalmente se siente sobrecargada, Sarah sabe que esta triste por algo más, y su manager sospecha que es por sus terapias con su terapeuta, cada vez que va a terapia y remueve toda su mierda familiar, le toca fondo. Y necesita días para volver a estar bien.
Sarah lo entiende pero ojalá estuviera en NY para apoyarla, ella está en Los Angeles trabajando en una nueva película, enseguida cuando llega a su camerino llama a Oscar Isaac (42), amigo en común de las dos chicas.
— ¿Sarah? — la voz del hombre suena algo soñoliento.
— Hola Oscar, siento haberte despertado. — la mujer morena rasca su cuello algo nerviosa.
— Tranquila, no te preocupes. Solo estaba echando una pequeña siesta, ayer tuve a los dos niños y necesitaba dormir algo. ¿Ocurre algo? — el hombre bosteza.
— ¿Estás en Nueva York, verdad? — Sarah suspira.
— Si, estoy en mi nuevo piso. ¿Porque, estas bien? — el hombre de cabello negro se sienta en el sofá algo preocupado, cuando Sarah habla demasiado rápido es que algo no va bien.
— No. Estoy preocupada por Elisabeth. Lleva días sin contestar los mensajes ni llamadas, he hablado con su manager y le ha dicho que necesita espacio. Pero necesito saber cómo está, alguien tiene que ver como está. No sé si come, se asea, no sé nada Y, tu... Ella está en su piso de Nueva York y... — Oscar se levanta de su sofá para dirigirse a su vestidor.
— Iré a verla.
Sarah traga saliva para asentir, tiene ganas de llorar.
