Narrador;
Hëna soltó una leve risa ya mejor de ánimo, había parado de llorar hace unos cuantos minutos, lo cual Toni agradeció mentalmente ya que él en consolar no se le daba muy bien.
— Está bien que extrañes a tu familia pero si es mucho, sabes que puedes volver — Habló el italiano mientras sonreía levemente. Hëna nego rápidamente ante las palabras del contrario haciendo que este ponga sus ojos en blanco y suelte un leve bufido. Aveces el italiano no entendía del todo a su amiga, aunque hiciera el esfuerzo más grande del mundo, no lograba comprenderla.
— No, porque sé que si vuelvo no volverás conmigo, y yo quiero estar contigo. — De manera tímida la chica miró al pelicastaño teñido mientras se apegaba más a su cuerpo abrazando el brazo derecho del contrario.
Toni sonrió al escucharla y suspiró. — Ya pero yo acá tengo a Carlo, a Hai, a todos. — Mencionó el italiano. — Pero, igualmente algún día pueda ir de pasada y estar con tu gente. — El entrecejo fruncido de Toni se asomó en su rostro al escuchar pequeños sollozos y algo confundido se separó de la chica para tomarla de las mejillas y mirarla.
— P-pero estaría genial que dejaras a Hai y así puedas venir conmigo a casa. — Habló la italiana mientras hacía pucheros y unas lágrimas salían de sus ojos.
— A Hai no lo puedo dejar, es una persona muy especial para mí y lo am-. — Hëna sin dejar que el contrario termine de hablar, se acercó a él y aún llorando, lo besó.
Toni abrió exageradamente sus ojos al sentir los labios de su amiga contra los suyos besándolo. Nunca había imaginado que algo así pasaría, no sabía que hacer, como reaccionar, e incluso ni siquiera estaba reaccionando ante aquel beso, solo había entrado en un estado de shock al sentir unos labios que no eran los de su pareja contra los suyos.
El sonido de la puerta principal fue ignorado por la chica mientras que el pelicastaño no lo había escuchado debido al estado en el que estaba.
🐢
Buenaas
Recuerden que es muy distinto querer y poder. 🤭🤭🤭
bueno, desaparezco un mes. 🫂
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𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏; 𝑯𝒂𝒏𝒊
FanfictionDónde Toni estaba roto y encontraba su salvación en un asiático pelinegro. O donde Hai veía como el rubio sufría y decidió ayudarlo.