Epílogo.

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Kilian respiró pesadamente, mirando hacia su ángel, el cuál le veía sonriente. Hace un par de años tenían una mansión para ambos, tenía que admitir que había ganado el dinero por peleas clandestinas, ahora no tenía miedo de morir, sabía que eso jamás pasaría y llegaba con mucha más seguridad a romper huesos al ring, sin matar a nadie, era alabado, mucho más que antes, ganaba dinero en cantidad y Asher ya no le regañaba por eso, él tampoco tenía miedo de que muriera, porque no era una posibilidad.

Vivian muy lejos de New York, ahora estaban situados en asia, su mansión quedaba alejada de la ciudad, Kilian peleaba en una vereda clandestina a dos horas de distancia. Hoy sin embargo, estaban un poco alejados de casa, era un día especial, iban a adoptar a un perrito.

—¿Estás seguro, mi ángel?— preguntó Kilian con voz ronca, demasiado estresado al ver a los perros, él no quería pero sabía que Asher se sentía un poco solo en casa cuando él no estaba, y tenía una leve depresión por sus padres, a pesar de que este estudiara. Desde hace un año estudiaba arte en línea.

Se había enterado de que su lienzo, el que hizo en el instituto aquella vez, ahora era famoso en la ciudad, más aún con la noticia de su supuesta muerte.

—Tan seguro como que me llevas tatuado en tu cuerpo— respondió, y Kilian miró su brazo derecho, notando el nombre de Asher en grande, se lo había hecho hace un año, al salir de una pelea para su segundo aniversario.

—¿Cuál pulgoso quieres?— bufó mirando a los animales.

Asher sonrió, señalando un perrito de raza mestiza, color beige.

El señor que los atendía saco al animal de mediana estatura, dandoselo a Asher, quien lo abrazó, el perro lamió todo su rostro, Asher reía feliz, cómo un niño.

—¡Lo amo!— exclamó Asher, dejo al perro en el suelo y le puso la correa que recién habían comprado —Gracias daddy— dijo a Kilian, abrazándolo por la cintura. Kilian tosió por el olor del perro.

—Ya, vamos— rodeó los ojos.

Apenas se subieron en el coche el perro saltaba en la parte de atrás, Kilian gruñó con cólera, pero Asher le dió un beso en la mejilla calmandolo.

—Será nuestro hijo— dijo a Kilian.

—Ajá— respondió este sin mirarlo.

—¿O prefieres uno de verdad?— preguntó Asher.

—¡No!— exclamó el tatuado girando el volante —Pero podemos intentar a ver si quedas embarazado.

—Oh... — Asher se sonrojó, acariciando la cabeza del animal con sus dedos anillados.

—Te amo— dijo Kilian riendo, casi ignorando que el perro estaba rasguñando los asientos de su nuevo y preciado Bugatti.

—Papi te quiere...— le decía al perro, ignorando el te amo de Kilian, negó ante esto, pero le restó importancia.

Kilian vio un chico pelirrojo de espaldas y recordó aquello. A Adam, ese pelirrojo tenía dinero, y le había mandado a matar dos veces en venganza a la muerte de Josh, el había sido la causa de la explosión del auto, y también la de los tiros en el baño. Bufó, recordando como dos de sus hombres murieron creyendo que habían sido los de la fiesta, Don Arthur, quién quería matar a Kilian.

Hace mucho había dejado de pensar en eso, ahora vivía feliz con su novio, pero muchas veces, cuando tenía tiempo de pensar recordaba a James, quien le enviaba mensajes siempre, lloraba a veces a solas, pero sabía que estaba bien. Su psicóloga le había dicho que era sano llorar a veces.

Hace un tiempo había cumplido su palabra de ir a un psicólogo, iba con Asher, quien ya había solucionado su problema con la comida, ahora estaba mucho más sano, y no le dolía su físico, Kilian lo había ayudado a amarse. Y asher había ayudado a Kilian a salir de aquella oscuridad en la que estaba.

Kilian ya no sentía ansias de venganza, ni miedo, no sentía manos en su cuerpo ni recordaba a aquel hombre que lo violó, ahora sólo podía ver a Asher dándole besos en el rostro cuando lloraba, y haciéndole comida rica todos los días.

Ahora estaban bien, y se amaban cada día más, tanto así que sentían que ni toda la eternidad alcanzaría.

—Yo también te amo gruñón— le dijo Asher sacándolo de sus pensamientos —Te amo tanto que voy a explotar— bromeó, besando su cuello fugazmente y mirándolo con cariño, Kilian también lo hizo, sonrió extensamente apretando su muslo. Sintiéndose cómo solo Asher Evans podía hacerlo sentir.



Nota de Autor:

Hola, aquí Yong-ho, quería agradecerles a todos los que se quedaron hasta el final, supe al escribir el primer capítulo de este libro que llegaría lejos, y así es, poco a poco, la verdad no imaginé el cariño que le darían al libro, pero se los agradezco, por estar ahí, escribí esto en uno de los peores momentos de mi existencia, llevar un duelo puede ser horrible, pero gracias a ustedes, a Kilian y Asher, a Wattpad, todo deja de ser tan difícil. "Suyo" ya ha llegado a su fin, después de un año, de muchos bloqueos de escritor, de edición y nuevas versiones, al fin está concluido y no podría estar más satisfecho. Nuevamente gracias, por amar y leer esta historia de ¿Amor? tóxico.

Aunque, ¿Saben qué? Esto apenas comienza.


SuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora