dieciséis

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— ¿bueno? — contestó el teléfono de la casa después de haberlo escuchado sonar frenéticamente desde el salón. sonrió cuando la voz de su madre le habló a través de la línea. — sí, ya voy.

tomó las llaves y salió corriendo lo más rápido escaleras abajo por el edificio.

finalmente había llegado el día. después de tanto tiempo esperando, beomgyu volvería a casa. no sería por mucho tiempo y el momento en que se tenga que ir será... doloroso, pero eso era un tema al que prefería no darle muchas vueltas.

— ¡beom! — le llamó con fuerza. no podría confundir su característico cabello largo aunque estuvieran en una multitud.

la sonrisa en el rostro del menor le aceleró el corazón.

— ¡junnie! — casi se cae de espaldas cuando beomgyu se lanzó corriendo hacia él y le abrazó con toda la fuerza que tenía. — te extrañé.

— nos vimos el viernes. — soltó, riendo.

era lunes. no habían pasado más de dos días desde que se encontraron; pero era cierto que yeonjun también le había extrañado.

— podrías ser bueno por una vez y decir que también me extrañaste. — se quejó alejándose de él y sacándole una suave risa al más alto. — ven, vamos a ayudar a tu mamá con las cosas.

tan sólo subieron al departamento la poca ropa que yeonjun le había llevado al menor mientras estuvo en el hospital. no era mucho debido a que siempre llevaba y traía de vuelta, pero igual debían colaborar.

— hm... jun. — ambos se quedaron fuera un momento luego de que la madre del mayor les dijera que esperasen el almuerzo.

— dime.

— me quedaré en tu casa, ¿no? — al escucharlo afirmar, se volvió hacia él, frunciendo el ceño y dejándose caer a su lado en el piso del pasillo.

— ¿por qué lo preguntas? — se encogió de hombros observando sus manos. — ¿le has dicho a mamá?

asintió.

— ella ya me dio permiso. — fue todo lo que dijo.

— ¿no quieres quedarte en tu casa? — no dijo nada, pero no hacía falta que lo hiciera. yeonjun lo entendería perfectamente si no quería entrar en su departamento. — está bien. así podremos hacer pijamadas todas las noches.

escucharlo reír siempre le hacía sentir mejor.

— ¿en serio?

— claro. ¿o prefieres dormir en la habitación para invitados? — negó risueño, pero segundos después la sonrisa en su rostro se borró.

— jun, ¿puedo preguntarte algo? — su repentino tono serio extrañó un poco al mayor.

— sí, claro... ¿qué es? — se quedó callado por un momento, simplemente observando el piso de nuevo antes de hablar muy bajito.

— ¿qué es lo que querías decirme aquella noche?

muerto en vida ☆ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora