veinticuatro

55 5 0
                                    

— ¿en dónde ha estado tu mamá todo el día? — llamando la atención del mayor, quien sólo se encontraba jugando en su celular, le preguntó sin apartar sus ojos del televisor frente a ellos.

— no sé. cuando le pregunté sólo me ha dicho que tenía diligencias que hacer. — y ninguno dijo más, era mejor así. con sólo eso ya ambos sospechaban qué era lo que estaba haciendo la mayor fuera de casa. — seguro no vuelve hasta mañana, debe estar en el hospital.

— ¿quieres ver una película antes de dormir? — se removió sobre el sofá, volviéndose hacia él con una sonrisa que le contagió en un segundo.

— van a ser las dos, beom. — replicó.

— ¿y? tu mamá no está. podemos hacer lo que queramos...— de repente y sintiendo el peso de su mirada suplicante sobre sí, yeonjun se sintió terriblemente nervioso. beomgyu se acercó otro poco antes de murmurar. — no seas aburrido.

— no soy aburrido. es sólo que...— tragó seco. beomgyu era tan lindo; cada vez que lo tenía cerca parecía hacerle sentir algo completamente distinto. —...no quiero que mi mamá nos riña.

— no lo hará. créeme. — todo lo que hizo fue fruncir los labios, inseguro de su afirmación. — anda. compláceme, no soy así de caprichoso todo el tiempo.

— ¿estás seguro que no? — el castaño chasqueó la lengua y le empujó. una de las muchas partes buenas de estar con beomgyu es que entre ellos no existían momentos de tensión; el ambiente entre ambos siempre parecía sentirse tan reacio a la realidad. como un mundo en el cual sólo existían ellos dos. — ¿qué película quieres ver?

— hm... olvídalo. cambié de opinión...— volvió a recostar su cabeza en el espaldar, mirándole fijamente. — mejor vayamos a dormir ya.

— ¿seguro? — asintió, jugando vagamente con una de las manos del mayor.

— sí... de todas formas, es mejor hablar contigo. — le sonrió poco antes de ponerse en pie y encaminarse juntos a la habitación de yeonjun; apagaron todas las luces y seguidamente se recostaron en su cama. — ¿sabes, jun? a veces me gustaría que los días no terminaran nunca.

¿dónde había oído esa frase antes? claro... los recuerdos de cuando beomgyu apenas había sido internado en el hospital llegaron a su mente de golpe. se sentía tan lejano ahora que estaba a punto de marcharse.

— sí... a mí también. — el contrario se removió sobre la cama, acercándose a él y rodeando su cintura con uno de sus brazos. el calor indescriptible que beomgyu le trasmitía era algo tan propio de él; yeonjun estaba seguro que, aunque se enamorase de alguien  más, no podría sentir algo igual con otra persona que no fuera él.

— jun, cuando me vaya... ¿crees que conseguiremos a alguien más? — su pregunta le hizo querer llorar. el simple hecho de pensar que pronto ya no estaría con él era tan doloroso.

— no... no lo sé. — finalmente, murmuró, apretando la mano que tenía entrelazada con la del menor.

— yo creo que sí. inevitablemente... tendremos que relacionarnos con otras personas, ¿no crees? — no dijo nada. — pero... no habrá nadie que me haga sentir como tú.

a veces yeonjun no entendía lo que beomgyu le decía. pero le gustaba la forma en la que lograba endulzar hasta las cosas más dolorosas, tal como estaba haciendo en ese momento.

— beom... ¿puedo decirte algo?

— por supuesto. — yeonjun se removió sobre sí, volteándose por completo para poder tener de frente al menor. — ¿qué es, jun?

— promete que... después que te lo diga, nada va a cambiar entre nosotros, ¿sí? — la sonrisa de su parte que apenas pudo percibir sobre la oscuridad envolvente de la habitación le hizo sentir más tranquilo y más nervioso al mismo tiempo.

— lo prometo. dime. — él tragó seco. era tan difícil, nunca creyó que llegaría el momento en el que realmente se lo diría y verse ahora le parecía increíble.

— me gustas... mucho. me has gustado desde hace muchísimo tiempo. — al no recibir respuesta alguna de su parte, continuó. — y... sé que no sirve de nada que te lo diga en este momento, pero no quiero que te vayas sin saberlo.

muerto en vida ☆ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora