HASRET. [Malkoçoğlu Balı Bey]

Otuz bölüm

El Sultan observaba como se llevaban a sus hijos, sus estrellas.

Su corazón se rompió como nunca antes lo había echó, le dolió ver como había llegado lastimada, estaba orgulloso de que haya podido defenderse pero eso no evitaba que un dolor se implantara en su pecho ante la idea de no sólo perder a su hija, sino también a su príncipe.

Miró a su alrededor donde la lluvia comenzaba a caer de manera furiosa, sus soldados llegaban cargando a los guerreros muertos o lastimados.

Estaban perdiendo aquella guerra...

No lo quería aceptar, eso no había salido bien debido a la ausencia de Ibrahim, pero no podía hacer nada, después de todo Ibrahim era un traidor y tarde o temprano tenían que pasar aquella muerte sabiendo que eso había sido lo mejor, no iba a permitir que el siguiera lastimandose así mismo ni a los demás por su hambre de poder.

Lamentablemente aquel poder se lo dio el y se lo quito demasiado tarde.

Así que sí, esa guerra había acabado en una completa derrota para el imperio otomano.

(...)

El comandante estaba aún lado de la camilla de la Sultana Hasret observándola.

Seguían limpiando la herida en su abdomen, ¿por que habían hecho aquello?.

¿Por qué habían atacado a su Sultana?.

Negó sacando aquellos pensamientos impropios de su cabeza y suspiro mirándola.
Era muy hermosa, y extrañamente se sentía muy cómodo a su lado mucho más cuando tenía la compañía de aquellas mujeres en los burdeles.

¿Pero quién no se sentiría cómodo al lado de aquella mujer?.

Le fascinaba la manera en la que hablaba de sus hermanos y en especial de política o arte, sea cual sea la conversación a el le parecía fascinante.

¿Acaso Allah quiere que el y ella...

No.

No podría hacerle eso a Su Majestad, no podría tener sentimientos por la Sultana.

Sin embargo aquello que se decía hace unos instantes lo olvido al ver aquellos hermosos ojos de las Sultana abrirse.

-Sultana-se acercó un poco más.

-Malkoçoğlu, ¿dónde estoy?-cuestionó sin reconocer su alrededor.

-Está en su casa de campaña Sultana-se acercó a darle un poco de agua.

-Estuve inconsciente ¿verdad?-asintió.

-Exactamente 7 horas-abrió los ojos sorprendida.

-¿Tanto tiempo?-se levantó un poco pero una punzada horrible de dolor pasó por su abdomen.

-No se mueva sultana, se lastimara más-sintió algo húmedo escurrir y quito lo que la cubría.

-Oh Allah, mi herida se abrió-quitó la venda.