El heredero mayor de una dinastía de magnates luego de haber tenido una vida difícil para cumplir con las espectativas de su familia y sin haber experimentado sus más profundos deseos muere en la noche de celebración de su propuesta de matrimonio lu...
En la imagen de arriba el carruaje de Apoleon, y en la de abajo es el comandante
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El frío en el exterior del castillo calaba los huesos, por suerte las gruesas capotas de lana sobre las múltiples capas de ropa ayudaban a apaciguar en gran medida la sensación de frío, y el carruaje de madera actuaba como un aislante efectivo a pesar de los delgados cristales de las ventanas. Sin mi padre podía andar más relajado en el carruaje y sentarme más cómodamente o ajustar mi posición si me deslizaba por el asiento, aunque igual aquella cosa seguía siendo muy incómoda.
El comandante de la guardia cabalgaba casi en paralelo al carruaje al lado derecho, aunque un poco más adelante cerca del cochero, mientras que la escolta que resultó estar formada por 50 soldados montados se dividió en dos grupos de 25, uno protegiendo la vanguardia y otro la retaguardia.
Yo iba sentado junto a la ventana del lado derecho y Vidian iba junto a mi en el lado izquierdo iba muy tranquilo observando el paisaje, luego de hablar con el alguacil aprendí que habían 15 ciudades además de numerosos grandes poblados bajo dominio directo del duque en los territorios alrededor del castillo, y alrededor de esas ciudades y grandes poblados habían entre 5 y 8 aldeas o pueblos, la gran parte de ellas estaban habitadas por siervos sometidos al dominio Maltus y la otra parte minoritaria que eran poco más de la décima parte de la población estaba formada por hombres libres, campesinos, artesanos, comerciantes, Sir Kerry, hombre de baja nobleza y poder mágico bastante pobre pero bastante competente como administrador era el gobernante de la principal Ciudad, designado por Iván y se encargaba de supervisar la recolección de tribunos de los gobernantes asignados a los otros centros urbanos además del control de la producción y los números de las aldeas alrededor de Plesbur. Y todo eso lo supe porque cuando le dije al Comandante que iba a la "ciudad" me preguntó a cuál y por supuesto no supe que responder, ni siquiera recordaba el nombre de la ciudad a la que fui con mi padre... aunque en mi defensa, los pocos reportes que escuche con mi padre en un par de ocasiones no hacían mucha referencia al número de poblados sino la región, la producción y lo recaudado y no eran todas las regiones el control directo de los Maltus -en definitiva necesito aprender más de este mundo...- fue lo que pensé mientras soltaba un suspiro. Ya estábamos transitando a través de una de las aldeas para llegar a la ciudad, la misma de la última vez, a través de ella la ruta era la más corta desde el castillo, el frío del invierno había apaciguado los horrendos olores en buena medida, lo cual fue un alivio para mi nariz.
El comandante de la guardia redujo un poco el paso de su caballo para ir junto a mi ventana y me dijo -¿Puedo preguntar, excelencia, que busca precisamente en el gran poblado? Así podré guiarlos hasta donde haga falta.
-Tiene razón, eso sería la más racional. Quiero comprar un par de cofres que puedan ser sellados mágicamente, ahora que mi padre me va a dar dinero necesito algo adecuado para guardarlo y también uno para Vidian ya que le voy a pagar salario.
