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Cuando Jungkook se fue a su casa a la mañana siguiente, el apartamento estaba vacío. No era exactamente una sorpresa teniendo en cuenta cómo habían sido las cosas últimamente, pero todavía estaba decepcionado. Era el día de los Premios Chaltner y el ser humano preferiría estar en cualquier lugar menos allí. Se había despertado en el sofá de Yoongi, con el cuello rígido y una sensación de fría soledad. Él lo odiaba. Pasase lo que pasase después entre Kook y el hombre lobo, el mundano sabía que no volvería a dormir separado de su marido.
No habían dormido separados desde los primeros días de su relación. Ya había sido bastante malo entonces.
Trató de llamar a Kim, pero este no contestó.
—Mierda —se dijo a sí mismo mientras miraba alrededor del apartamento vacío. Odiaba la idea de que el licántropo estuviera enojado con él por haberse quedado en casa de su amigo esa noche. Habían enviado mensajes de texto, brevemente, pero era difícil medir el tono de alguien a través de un mensaje de texto.
Una cosa era segura: no esperaría allí toda la tarde para que Taehyung volviera a casa. Él no pensó que sus nervios pudieran manejarlo.
Sacó su teléfono de nuevo y llamó a su hermano.
—Hola—dijo Know mientras contestaba el teléfono.
Jungkook sintió que sonreía ante el sonido de la voz de su hermano.
—Hola.
— ¿Estás emocionado por esta noche? Yo lo estoy.
—Claro—mintió el ser humano mayor. —Escucha, ¿estás ocupado? Estaba pensando que podría ir a recogerte un poco temprano. Podríamos... No sé, ¿qué hacen los niños hoy en día?
El adolescente resopló por el teléfono.
—Estamos escuchando algo nuevo llamado música rock y sacrificando vírgenes.
—Bueno, por más divertido que suene, podríamos ir a ver una película —sugirió Kook.
—Ah, no, él estará allí esta noche, sin embargo — contestó, esperando que fuera cierto.
—Aún tengo que ponerme un traje, ¿vamos a ir a tu casa esta noche?
—Sí, podemos dejarlo en el auto. Estará bien—dijo Jeon mientras iba a buscar las llaves de su auto en la mesa del pasillo. — ¿Entonces qué dices?
—Claro, ven a buscarme. Estoy en casa de mamá.
—Oh— dijo Jungkook, deteniéndose en seco. Desde que su madre había estado en rehabilitación y salió, él solo la había visto dos veces. No eran cercanos y nunca lo habían sido. Ella no había estado bebiendo todos esos años antes, cuando podía no haberle importado, así que no había cambiado nada entre ellos. Aun así, estaba contento de que ella estuviera bien de nuevo, por amor del niño. La idea de verla, sin embargo, tendía a llenar a el mayor con una sensación de temor.
