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La manada Kim tenía cuatro reuniones oficiales cada año, una para cada temporada. La que tuvieron en otoño fue durante la semana de Halloween. Hubo una gran fiesta en la finca, con juegos y otras atracciones fuera. Jungkook había estado en algunas de sus fiestas hasta ahora, pero no en Halloween.
Iba a ser la primera reunión de manada desde el funeral de Joon y la primera reunión bajo su nuevo alfa.
Como compañero del alfa, el ser humano todavía no sabía cuál era su nuevo rol, si es que lo tenía. La madre y la abuela de Taehyung habían organizado todo. Si era honesto, estaba agradecido de que no hubieran pedido su opinión.
—Entonces, las cosas que no hay que mencionar a tu madre son el hecho de que nos casamos y el hecho de que no solo has conocido a tu padre real, sino que también has estado saliendo con él y su manada—reflexionó en voz alta mientras el hombre lobo estacionaba el auto fuera de la casa de su abuela.
Kim se giró y lo miró.
—No, voy a decírselo. Estoy siendo ridículo. Simplemente no se sentía bien decirles a mi madre y mi abuela que nos casamos justo después de la muerte del abuelo.
—Lo sé—le aseguró mientras extendía la mano y acariciaba el brazo de su marido. —No te preocupes. No es como si pensara que estabas avergonzado de mí o algo así.
El licántropo lo trató con una sonrisa cálida e íntima.
—Nunca.
Como en realidad no era la noche de Halloween, afortunadamente no iban disfrazados. Al ser humano nunca le gustó la presión de encontrar un buen disfraz. Demonios, apenas salía de casa todos los días sin que su elección de vestuario lo avergonzara por completo.
Salió del auto y sonrió ante la variedad de calabazas esparcidas por todos lados. Todas estaban decoradas de manera diferente con pequeñas luces artificiales adentro.
Kook supuso con eso que, muchas calabazas usando velas hubieran sido una mala idea.
Mientras se dirigían a la puerta principal, el mundano podía escuchar música dentro y el sonido de niños divirtiéndose en la parte de atrás.
Taehyung entró, y caminaron por la casa, buscando a la abuela del mismo. Cada vez más personas parecían, no solo saber quién era Jungkook, sino que también querían pararlo para saludarle. Había pasado de ser el novio del siguiente alfa, a ser el compañero y esposo del alfa.
Una vez que lograron salir, el ser humano sonrió al ver las diversas actividades que estaban sucediendo. Hubo el clásico meneo de manzanas, pintura de caras para los niños y un juego donde los hombres lobo tenían los ojos vendados y tenían que encontrar dulces escondidos en un laberinto de pacas de heno usando solo sus narices. No era un juego particularmente bueno para un humano, pero a Kook le encantaban los dulces.
—Oye, ve a olfatear y consígueme algunos dulces—dijo mientras asentía con la cabeza hacia el laberinto.
