Lealtad Increbantable

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A las pocas horas la ayudante del médico se presentó otra vez en la habitación.

- Mis señores. - Dijo la enfermera a los presentes mientras hacia una reverencia.

- Hola querida, dónde está el médico de antes? - Le preguntó amablemente la Reina.

- Mi superior se ha quedado preparándolo todo en la habitación del Emperador, mientras mi señor intenta con la ayuda de la Reina Aerín mantener estable al Emperador. - Dijo la enfermera amablemente. - Me han enviado para informaros que la prueba ha dado buenos resultados, por lo tanto seré yo la que realice la extracción de la sangre que se va a donar. - Explicó la enfermera.

- Y de todos nosotros quien es el más compatible con mi sobrino? - Preguntó Lady Mano.

- El bebé. - Dijo sin más la médica.

- El bebé? - Dijeron todos a la vez sin entender lo que acababa de decir.

- Resulta que ninguno de ustedes es compatible con la sangre del emperador, salvo la sangre del bebé que espera nuestra Reina Imperial, ambas sangres son muy parecidas por lo tanto son compatibles. - Explicó la enfermera, haciendo que todos miraran la barriga de la reina asombrados.

Si no estuviera embarazada nada de esto hubiera sido posible, de no ser así Marcus Stark no tendría ninguna posibilidad, los Dioses estaban escuchando sus oraciones.

- Y como pretendes sacar la sangre de mi bebé? - preguntó la Reina preocupada, haciendo que todos mirasen a la enfermera.

- No se preocupe mi señora el procedimiento es el mismo, le extraeré sangre a vos, y será el médico mediante un riguroso proceso en el cuál aplicará un poco de magia para así lograr separar vuestra sangre de la del bebé, y de ese modo poder utilizar la sangre que si es compatible con la del Emperador. - Explicó la enfermera.

- Y eso no afectará a mi embarazo o al bebé? - Le volvió a preguntar la Reina preocupada.

- Para nada mi señora, lo único que se sentirá cansada por la extracción de sangre, pero nada que con un poco de descanso y buena comida no pueda subsanar. - Le explicó tranquilamente la enfermera de la forma más amable posible.

- De acuerdo, hazlo. - Le ordenó la Reina.

La enfermera asintió y abrió el maletín que se había quedado cerrado en la mesilla plegable, y empezó a sacarle sangre a la reina llenando varios tubitos de vidrio. Bajo la atenta mirada de todos. Al acabar cerró el maletín con la muestras dentro y se levantó.

- Enseguida vendrán unos compañeros míos a recoger la mesilla y las sillas, debo llevar esto cuando antes a mi señor. Esperemos que los Dioses nos sigan escuchando, y este procedimiento salga bien. Con vuestro permiso me retiro. - Dijo la enfermera amablemente haciendo una reverencia, recibiendo la aprobación de todos mientras salía de la habitación.

Al rato llegaron unos compañeros de la enfermera y se llevaron la mesilla y las sillas.

Las horas pasaban y seguían sin saber nada, hasta que la mañana siguiente el Rey Theoden se presentó en la habitación de la Reina Imperial.

- Mi señora, mis Lores y Ladies. - Dijo de forma cortés el rey élfico haciendo una reverencia a los presentes.

- Majestad. - Dijeron todos a la vez.

- Dime como va todo Majestad, dime como se encuentra mi hijo. - Le pidó de forma suplicante la Reina.

- Tranquila mi señora, los Dioses Antiguos están escuchando nuestras plegarias y nuestro señor sigue con nosotros. - Dijo el rey aliviando a los familiares del emperador. - Debemos darle las gracias a la magnífica idea del Príncipe Son Yang por su experimento, que ha sido todo un éxito, su investigación sigue dando sus frutos, haciendo que el ámbito de la medicina siga avanzando, además de que su control mágico para separar la sangre del bebé a la de la reina ha sido muy preciso, siendo ese proceso sumamente complicado. El Rey Son Yong no le cabe en el pecho la alegría y orgullo que siente por su hijo en estos momentos, ya que le está siendo de gran ayuda, ambos se están esforzando mucho para sanar al Emperador. - Dijo el Rey.

El Rey en El NorteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora