Undécimo grito.

605 51 0
                                    

Al llegar a su casa, saludó tímidamente a su suegra y pasó directamente a la habitación.

Angie ardía de fiebre y por más de tener la opción de negarse a verla, el noventa por ciento de su cuerpo necesitaba asegurarse de que no esté en condición grave.

La vio acostada con muchísimos pañuelitos desparramados, pero Angie parecía ser inmune a verse mal.

Brisa se la pasó dándole todos los mimos posibles, sabía que con esa fiebre no asistiría en el colegio y le ponía triste.

Disfrutaba muchísimo la compañía de Angie, se iba a sentir sola y estar sola, pues sus amigos la habían abandonado cuando ellas se empezaron a juntar.

No importaba porque Angie valía la pena.

Luego de repartirle millones de besos y diciendo que la quería, se marchó un tanto preocupada.

Y se fue sin saber que Angie pudo descansar tranquila y con una sonrisa completa de felicidad.

¡brisa, me gustás! ─ [BRANGIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora