¡brisa, me gustás! ─ [BRANGIE]

Tercer grito.

Debía ser el día indicado. Los demás eran la nada misma, ¡no pasó nada! ¡No era como que Brisa había empezado a tenerle desprecio!

Okay, entonces, mismo lugar, misma hora.

Inhaló y exhaló.

No podía salir mal, era lo único que rogaba. Tampoco era que quería que Brisa le correspondiera, era pedir mucho ya.

Bien. Unas respiraciones más.

─ ¡Me gustás!… No, suena muy bajo… ¡Brisa, me gustás! ─ mantuvo la mirada en el techo, luego miró hacia la puerta inconscientemente y la vio con los ojos llenos de odio.

Eso la hirió muchísimo.

¿Por qué Brisa era tan dura con ella? ¿Era por no ser lo suficientemente linda?

Esa vez Brisa se fue sin decirle nada y Angie supo que la empezaba a odiar, pero ¿por qué?

Ella no quería su odio, quería su cariño. Suficiente era el odio que sentía por sí misma.

Brisa estaba haciendo que dudara de su seguridad.

Y no le gustaba, pero como era Brisa, no había otra que aceptarlo...