Una historia Cliché entre una chica común y un Idol famoso, todos conocemos como se desarrolla esta historia pero ¿Cómo puede funcionar una relación así? El un artista en ascenso y ella una simple estudiante de medicina.
¿Sera que el amor podrá con...
Llevábamos caminando un buen rato en silencio hasta que habíamos encontrado nuevamente el camino de tierra, solo debía seguir derecho y llegaría hasta la playa.
En todo el camino Katsuki trataba de hablar conmigo pero hacía mi mayor esfuerzo por ignorarlo, ya estaba en bastantes problemas por su culpa.
—Oye Lya ¿por que estás furiosa?
—¡No estoy furiosa, enojada ni enfadada!— mi paciencia había llegado al límite.— ¡Solo quiero ir a casa con mi familia, explicarles por que desaparecí y sufrir las consecuencias!
Mi mente pensaba en los mil y un posibles escenarios y castigos que me daría mi madre por haber dejado sola a mi hermana menor en una ciudad como Los Ángeles.
—Sabes que es lo que quiero... ¡Divertirme!— soltó como si fuera lo más lógico en nuestra posición.— Por primera vez en años ¡no hay periodistas, reporteros ni gente!— enumeraba con sus dedos.— Me estoy divirtiendo mucho, solo quiero que dejes de quejarte para que pueda disfrutarlo.
Y ahí estaba otra vez la súper estrella saliendo a la luz, en las horas que llevábamos juntos por un momento y solo por un instante lo consideraba solo como un chico californiano pero no, volvía a salir a relucir el idol que era. Se adelantó caminando dejándome a espaldas de él.
—¡Wow! ¿Así es la cosa contigo?— me sorprendía lo egoísta que podía ser este tipo.— ¡No logras logras lo que quieres, haces una rabieta y te vas! ¡Apuesto que tus amigos te persiguen cuando lo haces!— me había quedado en mi lugar para que se diera cuenta que no lo seguiría.
Estaba colérica por su actitud de que todo y todos debían girar a su al rededor.
—¡Que inmaduro!
Eso sin duda lo molesto aún mas por que a pasos agigantados se paro frente a mi.
—¿Yo inmaduro? ¿¡Yo inmaduro?!— podía ver cómo la vena en su frente quería explotar.—¿Que me dices de ti? Los últimos dos días no he hecho nada más que pensar en ti.
Claro ¡como no! esperaba que cambiara las cosas a su favor como si esas patéticas palabras de conquistador fueran a funcionar conmigo.
—¿Pensar en mi? Claro... cuando me golpeaste con la puerta, me escondiste en tu casa, estropeaste el auto de mi abuela y me tiraste en el barro ¿estabas pensando en mi?— díganme que no suena ilógico la Santa de mentiras que estaba diciendo.— Pobre de tus amigos.
—Te encantaría ser uno de ellos.
Me acerqué aún más a él quedando frente a frente solo dejando unos centímetros de distancia.
—Antes me hundo con petunia.— hablé retadoramente.
Di un paso chocando mi hombro con el suyo para continuar caminando y mantener la mayor distancia posible de el.
—Lya, espera me confundes ¿si?
—Yo no.— le reste importancia mientras lo ignoraba.
Aceleró el paso para quedar frente a mi mientras caminábamos.
—Cuando estábamos en nuestra gira fotografía... por un momento creí que yo te gustaba.
—Gran error.
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