4| Su padre

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A ella no interesaba la vida de otras personas, mucho menos era del tipo que se inmiscuía en la vida ajena, pero todo eso cambiaba cuando se hablaba del chico sensación.

Este chico le generaba mucha intriga a Noah, los misterios que se encerraban alrededor de él eran tan evidentes y al parecer nadie se lo cuestionaba. Uno de los puntos fuertes en los que sustentaba su teoría era su apellido, Daigo. Todas las familias adineradas de la ciudad se conocían por nombre y apellido, y obviamente estaban agrupadas en Utagawa. No se consideraba una experta en el tema, pero hizo una pequeña investigación tomando un poco de su tiempo para acudir la biblioteca y así tal vez poder encontrar algún tipo registro de apellidos de la ciudad.

Al poco tiempo desistió porque no encontró información útil, pero eso no fue suficiente para detenerla pues durante varios días su cabeza estuvo sin descanso dándole vueltas al asunto.

¿Estaba empezando a obsesionarse? Una parte de ella le decía que estaba llevando las cosas un poco lejos, pero no podía pasar esas preguntas por alto ya que ella pasaría el resto del año trabajando junto a él. Y encima, a medida que se acercaba a él, este de a poco iba irrumpiendo en su vida personal.

Ese día Eiji Daigo no estuvo en clase ni esperaba que volviera a aparecer, eso permitía que pudiera desahogarse de su sofocante presencia. No es que él la atosigara acorralándola por los rincones de la escuela, la cuestión era que nunca escapaba de su intensa mirada cuando estaban en el mismo lugar. Desde que empezó con lo del proyecto ponía su atención sobre ella más que nunca. Obviamente era algo incómodo y él lo sabía, por alguna inexplicable razón quería molestarla.

No había forma más eficiente de ponerla alterada, era impresionante como en poco tiempo Eiji Daigo aprendió los botones correctos para sacar a flote su mal temperamento.

Pensaba todo eso mientras estaba en receso, decidió permanecer en el salón contemplando desde la ventana el jardín que había en la entrada de la escuela. A pesar de disfrutar de la agradable vista, Daigo no lograba salir de mis pensamientos. Fue entonces cuando cayó en cuenta de algo, recodó una de las conversaciones acerca del famoso par en el baño de las chicas donde mencionaban que el padre de Eiji y Bailey eran muy cercanos.

Bailey Hofmann era de otra cúpula, siendo ese el caso entonces...

«¿Eiji Daigo provenía de otra ciudad?».

No era una idea descabellada. En ese caso explicaría por qué no se menciona el apellido Daigo en la ciudad, porque probablemente esa familia no era de la Cúpula 05. Además, como Eiji tenía una conexión muy estrecha con la hija del embajador no podía dudar que este proviniera de una familia realmente importante.

Sin embargo, eso no dejaba las cosas del todo claro. Aun había muchas preguntas sobre él.

Recordaba el tiempo cuando conoció a Daigo la primera vez, ella lo veía desde que empezó a cursar el primer año en Utagawa. En ese entonces, Eiji Daigo seguía siendo el mismo patán presuntuoso de siempre, nunca le prestó mucha atención, aunque reconocía que desde el principio rompió con los esquemas al mostrarse como el chico guapo y despreocupado, pero sorprendentemente inteligente. Buscando más adentro de esos recuerdos le vino a la mente cuando les tocó presentarse a los demás el primer día de clase, los estudiantes de clase alta mencionaban sus apellidos con orgullo presumiendo sin disimulo entre ellos mismos su propia relevancia. La única respuesta diferente fue la de él, quien dijo:

"Mi nombre es Eiji, y me debo a mí mismo...".

Al principio pensó que solo se trataba de una excentricidad de niño rico, pero ahora se preguntaba por qué diría eso. A diferencia de los demás que estaban muy orgullosos de sus familias él jamás mencionó a la suya. De hecho, de las incontables conversaciones sobre él que llegaban a sus oídos nunca se le mencionó algo respecto su familia.

El Secreto de la CúpulaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora