XIII

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*Hace 2 años*

El carro se detuvo y vi como mi madre bajo de el carro y comenzó a descargar las cosas de la maletera, mis ojos aún derramaban lágrimas y mi cabeza comenzó a dolerme un poco.

Yo también baje del carro y casi caigo por el mareo.

—Mamá, ¿puedo entrar a la casa?

—Claro mi vida entra — me entregó una llave — Asegúrate de no tocar las cosas deben estar llenas de polvo.

Asentí y abrí la puerta de esa casa, mire por un momento a la dirección de la casa de Tsuki y suspiré, debía superarlo.

Dentro de la casa todo se mantenía exactamente como lo habíamos dejado, ropas en el suelo, las sobras de un almuerzo pasado que ya estaba es descomposición, lo mire asqueado y saqué la lengua, luego camine y subí por las escaleras hasta llegar a mi cuarto.

Mi cama estaba desordenada, había varios dinosaurios por el suelo, recordé que en esos días había traído a Tsuki a mi casa para que hagamos una pelea entre esos dinosaurios, unas lágrimas salían de mis ojos mientras recordaba eso.

Me acerque a el estante y vi todas las recetas de postre que había, me sentí un poco tiste por qué ya no tendría motivos de seguir haciendo postres con fresas.

Me metí en mi cama y agarre un reproductor de música que tenía en uno de mis cajones, lo encendí y milagrosamente aún funcionaba, cambie de canción y sonó una que a mí me gustaba mucho "Lemon boy" me hacía acordar demasiado a Tsuki, era como describir nuestra relación con una canción.

Otra vez volví a llorar, quería tenerlo cerca, quería besarlo y recuperar el tiempo perdido.

En eso mi mamá entro a mi cuarto, me tape con las sábanas, la música corría y mi madre hablaba, no sabía a cual escuchar, así que me saque uno de los audífonos y escuché como decía que dejaría mi celular en mi mesa.

En ese momento me hice el dormido y ella se fue, casi al instante en el que cerro mi puerta me levanté y tome mi teléfono, lo encendí y tenía por lo menos 100 llamadas perdidas al rededor de todo el tiempo en el que no lo agarre, también habían miles de mensajes, me sentí tan bien al ver esto, que olvide porque lloraba hace un rato.

– Mami, volveré a la escuela?– de la emoción había bajado a la cocina donde estaba mi mamá ordenado todo el desastre que habíamos dejado atrás.

– Sí justo de eso que quería hablar, alistate, primero iremos a la iglesia, y desde mañana irás a tu antigua escuela.

Le regale una sonrisa y corrí a alistarme para ir con el pastor, no me sentía de todo seguro pero ya nada importaba.

Me puse una camisa blanca y un pantalón beige, unos zapatos negros y peine un poco mi cabello, aunque unos rebeldes siempre estaba sobre mi cabeza, parecían plantas.

Baje rápido y le mostré mi ropa a mi mamá, ella sonrió y fue a alistarse, espere por un rato afuera hasta que ella salió cambiada, con un vestido y ambos subimos al carro, pasamos por la plaza, por varios parques y finalmente llegamos a esa gran iglesia.

Ni bien entramos nos encontramos con el pastor como la última vez, nos acercamos y él nos saludo muy sorprendido.

Mi madre y él hablaron de cosas a las cuales no preste mucha atención, solo mire a el techo de ese lugar y me puse a pensar en como hicieron todo eso.

Y cuando no lo esperaba, mi madre ya se estaba despidiéndose de el pastor y jalando mi brazo para meternos a el carro.

Y así nuevamente estábamos en mi casa, ahora estábamos limpiando todo el lugar para que en la noche pueda alistarme e ir a la escuela.

Terminamos y estábamos agotados, cada uno se fue a su habitación y cerramos la puerta, no cenamos pero ya comeríamos mañana.

En verdad tenía mucho sueño.

La luz de los primeros rayos del sol entraban por mi ventana y los dulces cantos de las aves se escuchaban desde afuera, por un momento pensé que seguíamos en el campo y todo lo de ayer  fue un sueño, pero cuando mi mamá entro a el cuarto para despertarme me di cuenta de que no era así.

Rápidamente me cambié con mi uniforme y peine mi cabello, baje a la cocina y mi mamá me dio un pan con mermelada y un vaso de leche.

Lo tome todo muy rápido, pues ya era tarde y aún ni mamá tenía que hablar con la directora para que me dejen entrar a la escuela.

Subimos al coche y nos fuimos hasta el colegio.

Ya dentro vi a muchas caras conocidas, me alegre mucho al verlos.

Lo primero que vi fue a mi hiperactivo amigo Hinata, estaba peleando con su mejor amigo , Kageyama, ellos eran divertidos, en cuanto el peli naranja me vio dejo de pelear y corrió a abrazarme.

–Yams!!!! Te extrañamos muchooo donde estabas? Tsukiidiota preguntaba todos los días por ti, también Suga y Daichi, todos estábamos muy preocupados por ti.

– Jeje Hola Hinata, yo también los extrañe mucho, me fui de viaje por– mi madre me dio un pequeño golpe en el hombro en señas de que no hablara de más –Nos fuimos porque teníamos asuntos familiares.

Luego mi madre sonrió y me jalo del brazo hasta la dirección del colegio, ahí me dejó en una de las sillas de espera y comenzó a hablar con la directora, ella solo hizo una llamada y le dijo que podía continuar las clases, me alegre mucho, pero a la vez estaba confundido, ¿Qué haría cuando lo vería otra vez?

¿Podré fingir que no me duele verlo con alguien más?

Amor gay del bueno [ Tsukiyama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora