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*Hace 3 años*

Mi madre me entregaba mi ropa para poder ir a la iglesia y esta vez no la agarraba perezoso o desinteresado, jale las prendas con emoción, las puse sobre mi cuerpo lo más rápido posible, tenia que arreglarme para seguir luciendo lindo ante los ojos de Tsuki.

Termine de alistarme y baje rápido a la cocina, tenia que llegar temprano para poder estar cerca de él en la predica.

Cuando termine jale en brazo de mi mamá fuertemente para que se apresurara y pudiéramos llegar a tiempo. Mi madre me miraba con fuego el los ojos, pues había hecho que su labial se pasara hasta casi su nariz.

—Lo lo siento mamii por favor perdóname no fue mi intención solo queria que lleguemos temprano pero ya no importa , en serio mami no te molest— Iba a seguir disculpándome pero mi madre me abrazo fuertemente y me dejó un casto beso en la frente. —Tranquilo mi vida, no fue nada de todas formas es muy temprano, sí llegaremos.

Esboze una sonrisa y salí de su cuarto, ya había vuelto a pensar en Tsuki y su linda sonrisa que pocas veces mostraba, la noche anterior me había matado haciendo un pie de fresas, fue muy duro y el proceso era un poco laborioso pero lo hice con mucho... Amor.

Finalmente salimos de la casa, nos montando en el auto y emprendimos el viaje de ida hacia la dichosa iglesia.

Mirando por la ventana, muchas cosas venían a mi cabeza, entre ellas estaba la escena en la que Tsuki lloraba por el regalo que le di, también estaban nevando afuera así que era muy relajante.

Llegamos!!
Sentí una paz inmensa cuando vi a ese chico alto subir las escaleras para llegar a el salón en el que nos enseñaban muchas cosas.

Apresure mi paso y llegue hasta su lado, fue gratificante ver una muy pequeña sonrisa en su rostro.

—Buenos días Tsuki, ten te hice un pie de fresa para ti— le entregué el pie emocionado y con Ian gran sonrisa.

—Te dije que dejaras de hacer postre solo para mí, también deberías hacerlo por ti— me reprochó con un dedo en el aire.

— Sí... Lo siento Tsuki.

Ambos subimos y escuchamos atentos las enseñanzas, ese día en particular hablaban sobre que Dios nos hizo a todos a su imagen y semejanza, que no debíamos odiar ni una parte de nosotros porque éramos perfectos.

Estas palabras sin duda se quedaron en mi, eso quería decir que mis pecas ¿Eran perfectas?

—Tsuki... Tu crees que mis pecas son perfectas? Así como dijo el pastor?— Indagué con los ojos mirando al suelo.

—¿Hablas en serio?!! TUS PECAS SON LOS MÁS LINDO QUE VI EN LA VIDA!! Es decir, ehh sí son perfectas.

En ese momento me sentí la persona más afortunada del mundo.

Estoy seguro de que si Tsuki me dice que la luna es de queso y que Santa aún existe... Yo le creo.

Amor gay del bueno [ Tsukiyama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora