Cuando todo lo que te puede salir mal sale de maravilla, pero la vida te enseña que la perfección no existe y en un minuto te das cuenta que lo que creíste solido en realidad estaba construido de arena.
Cuando a pesar de tener el mundo a tus pies...
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-Maldito Stefano. -Fue el primer pensamiento de Alessandro al despertarse. Si ayer no le era agradable la idea de ir a la opera con la nueva secretaria de aquel, hoy menos que menos. Siquiera recordaba a la mujer, pero sabía que no debía ser muy agraciada sinó Di Vittorio no se la serviría en bandeja y la reclamaría de su propiedad. Era como él. Si había algo que le gustase más que su profesión, eran las mujeres. Ambos eran Don Juanes que no tenían intensiones de enamorarse, así que andaban de pollera en pollera sin inmutarse. Al menos él había sido así hasta Gabriella. Una vez que la hubo besado, no podía evitar comparar a las otras con ella, y obviamente siempre salían perdiendo.
Mientras desayunaba recordaba la estúpida apuesta que le había hecho a su mejor amigo meses atrás y todavía no entendía como había podido perder. En su momento pensó que Stefano se la cobraría con su auto, ese BMW que tanto le gustaba y que no había conseguido por ser una edición especial aniversario. Pero no. El muy desgraciado había esperado y se la había cobrado con semejante estupidez.
-Beddu, buenos días.
-Di Vittorio, ¿En qué lío estoy metido? -Le preguntó sonriendo al teléfono. Si lo llamaba a ésta hora de la mañana, tenía que ser algo grande. Stefano no solía desconcentrarse con trivialidades cuando estaba en la oficina.
-Por ahora en ninguno. Mientras no aparezcan fotos con Gabriella, los rumores terminarán extinguiéndose.
Hacía días, corría el rumor de su relación clandestina después de las atenciones que se hubieren dispensado durante esa entrevista en la RAI 1. Gabriella lo había desmentido y él simplemente lo había dejado estar. Nadie podía probar ese rumor así que solo eran habladurías de los programas de la tarde.
-¿Entonces? Dispara. -Espetó mientras terminaba su taza de café.
-Es hora que me cobre esa pequeña apuesta Beddu. Necesito que me firmes tu último álbum con una dedicatoria para Paola mi secretaria, que hoy es su cumpleaños y parece que tiene el mal gusto de ser tu admiradora. -Oyó que le decía muy seriamente.
-¿De verdad vas a usar tu ventaja con un favor tan pavo como éste? De solo pedirlo, podía hacértelo sin desperdiciar tu victoria. Pero bue...
-No Alessandro... -Lo interrumpió. -Además necesito que hagas una nota invitándola a la última gala de la Scala. Es fanática tuya y de la ópera.
Se quedó de piedra al oir esas palabras. -¿Es chiste Stefano? A ver si entiendo. ¿Quieres que invite a una cita a tu secretaria y que ese sea su regalo de cumpleaños? ¡Estás loco! ¿Qué demonios estás pensando para pedirme semejante locura?
-Una apuesta es una apuesta Beddu. Perdiste y dijiste que podía pedir lo que quisiera, así que ahora te aguantas. ¿O es que Alessandro Barone ya no es un hombre de palabra?
Stefano sonaba muy seguro de semejante cosa. Algo más debía de haber detrás de ese pedido. -De todas las cosas que pueden ocurrírsete, a ti se te ocurre hacer de cupido, Di Vittorio.
-Alessandro, voy a serte plenamente sincero. -Stefano sonaba más serio aún y algo preocupado. -En realidad exijo mi premio y te hago un favor.
-¿De qué hablas? ¿Un favor a mí?
-Si, un favor a ti. Hablé con Giovanni y me contó que los rumores de tu romance con la Clerici no cesan. Ni aún con la cercanía de su matrimonio. Está preocupado y cree que es hora de que te muestres con una nueva mujer. Debo darle la razón y es por eso que mi favor, te ayuda también a ti.
-¿En serio quieres que haga pasar a tu secretaria como mi nueva novia? ¿Es una fanática tan loca que está de acuerdo con esto? ¿Quiere fama o solo un revolcón con su ídolo? -Estaba anonadado con aquello que le estaba pidiendo Stefano.
-No seas idiota Barone. -Por su tono de voz, si hubiesen estado frente a frente, le hubiese dado un cachetazo. -Paola no es una de esas locas fanáticas tuyas. Es una mujer de 40 años, madre de una niña preciosa y se está divorciando. No creo que con todos sus problemas, quiera sumarte a ti a la lista.
-¿Y entonces? Sabes que en cuanto nos vean juntos será tapa en los diarios.
-Solo quiero que se despeje por un rato. Le gusta la ópera y le gustas tú. Admira tu talento, aunque no dudo que también valore tu aspecto físico, Beddu. Además de que ella será feliz por unas horas, lograríamos que tu seas visto con una dama misteriosa y se concentrarían en averiguar quien es, dejando de hablar de Gabriella. Si la proteges de los flashes, pero la exhibes lo suficiente como para que los vean, nunca la hallaran. Tú sabes cómo hacerlo.
-Exacto. Veo que el café llegó a tu cerebro. -Espetó su amigo sonrientemente como para alivianar un poco el ambiente
-Vete al demonio Stefano. -A Alessandro le molestaba el pedido de su amigo, pero sabía que era una buena solución a su creciente problema con la prensa.
Al escuchar su silencio al teléfono, Stefano cerró la conversación diciéndole -Lo necesito antes del mediodía Barone, así que no me hagas quedar mal.
Recordar esa conversación con Stefano, le había dado dolor de cabeza. La noche anterior habían bebido mucha cerveza mientras miraban el partido y todavía tenía algo de resaca. Igual lo que más le preocupaba era como mostrarse amable e interesado en salir con una amargada mujer de 40 años, como hacer para que ella y la prensa lo creyeran. Todo esto era absurdo, porque su tipo de mujer eran las modelos que no llegaban ni a los 25. Nadie iba a creer que de repente saliese con una dama ocho años mayor que él; y si se descubría el engaño, sería peor el remedio que la enfermedad.
Para relajarse volvió a sentarse al piano. Este pequeño asunto de la ópera y su nueva acompañante, habían sacado al menos por un tiempo, a Gabriella de sus pensamientos y eso se sentía realmente bien. Solo esperaba que los astros estuviesen de su parte y que esta noche lo aspectaran positivamente para poder pasar la velada lo mejor posible sin cometer ningún error.
¡Buenas noches a todos!
Miércoles (Un poco atrasado) de Alessandro y Paola... Miércoles de segundas oportunidades.
¿Qué me dicen? ¿Cómo la irán a pasar este par?
Yo ya quiero saber cómo le cae la tan famosa cuarentona que no es su tipo,