Dentro del convento
- ¿A dónde estamos yendo? ¿Por qué no estamos siguiendo a Weaver? - preguntaba Adora a medida que ella y la hermana Casta caminaba por los largos pasillos del lugar. Si hubiera sido por ella ya hubiera salido corriendo tras la morena, pero la monjita que la acompañaba iba a un ritmo muy tranquilo. En los brazos de Adora nunca habían dejado de estar el regalo y la caja azul famosa.
La hermana Casta la miró y le sonrió - Tranquila hija - la calmó - Estamos en eso, Catra ya debe haber llegado al lugar que te estoy llevando - aclaró.
- ¿Qué es exactamente este lugar? ¿Un convento o un hogar de niños? - preguntó la Ojiazul desesperada por respuestas.
- Bueno, funcionan los dos perfectamente. Cuidar chicos es una parte de la obra benéfica que hacemos desde el convento. - le explicó la hermana
- ¿Cuidar? ¿Qué quiere decir con eso? ¿Sólo están aquí por un tiempo? - la empresaria quería adentrarse en el tema.
- Pues la mayora tiene familia, aunque debido a que los padres no pueden encargarse permanentemente de ellos, nosotras los alojamos por un tiempo hasta que esa situación cambie - le explicó - Mientras tanto, todos los fines de semana cada niño vuelve con su familia. Luego nosotras nos encargamos de su educación y cuidado entre semana, como una especie de escuela hogar - impresionó a Adora esto último - Hay otros que aunque tienen familia, no la ven tan seguido y otros que son huérfanos y viven con nosotras - agregó
- Como es el caso de la mayoría de chicos que viste hoy y como fue el caso de Catra - Ante esta información Adora se paró en seco.
- Weaver es... es... quiero decir, ¿No tiene padres? - preguntó sorprendida.
La hermana Casta miró a Adora con cautela y negó con su cabeza ante esta pregunta - Creo que es mejor que sigamos caminando - tomó el brazo de la Ojiazul para darle un empujoncito
Adora solo la miró y siguió caminando junto a ella, había entendido que la mujer no quería tocar ese tema, pero eso no impedía que podía averiguar otras cosas - Entonces... ¿Catra estuvo acá? - volvía el interrogatorio.
La mujer, sin dejar su sonrisa, asintió - Desde los 14 años más o menos - comentó - Se escapó varias veces - recordó - pero al final siempre volvía, y mi hermana y yo, la pudimos convencer de que se quedara - dijo al final.
- ¿Su hermana es monja también? - no tenía nada que ver con el interrogatorio inicial pero quería sacarse la duda.
Sorprendentemente la hermana Casta largó una carcajada - Perdona, es que... Shanon no es monja... para nada - explicó a medida que se iban acercando a una puerta de madera - Porque no entramos mejor - le señaló la entrada
La monja abrió la puerta y dejó pasar a Adora. La Ojiazul no avanzó mucho más, se quedó mirando la enorme habitación que tenía enfrente y que estaba llena de camas individuales una al lado de la otra separadas por un pequeño espacio.
Recién cuando su vista llegó al fondo de la habitación, Adora pudo ver a la morena sentada en la última cama acariciando la espalda de algún chico que estaba metido entre la ropa de cama, Adora no pudo distinguir si era nene o nena. Alrededor de Catra y el pequeño cuerpecito había otra monja y una enfermera.
- Finn - la hermana le daba una mano a para que entendiera
- ¿Qué? - aunque la Ojiazul estaba más perdida que nunca.
- La niña que está en la cama con Catra - señaló al fondo de la habitación
- se llama Finn, tiene cuatro años y es la debilidad de Catra - explicó con suma tranquilidad - Desde que se vieron se entendieron a la perfección - agregó.
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No soy para ti (Adaptación Catradora)
FanfictionUna millonaria inversora llega a la ciudad de New York acompañada de su socia y mejores amigas con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a su perfecta y controlada vida. Nunca pensó que sus prioridades iban a cambiar de fo...