Niño mimado - Heewon

¿Me extraño a mí?

Heeseung tomo sus cosas y empezó a guardarlas, hoy salía más temprano que Jungwon así que se iría caminando hasta la casa, desde que los chicos se habían enterado de lo que hacía con Yang habían dejado de molestarlo, menos Taehyun, ya que él nunca lo molesto.

— Vamos a caminar por ahí. — Propuso Jay, colgándose de su hombro. — Vamos a comprar algo.

— ¿Algo? 

— Un helado, vamos por helado. — Dijo emocionado, sonriendo ante las personas que lo saludaban, Heeseung igual saludaba educadamente. — Por cierto, ¿Por qué te encierras con Jungwon en los baños? ¿A caso ahora pelean ahí?

Heeseung detuvo su caminar y volteo a vera Jay, quien soltó el agarre que mantenía en Lee, viéndolo fijamente a los ojos, con clara curiosidad.

— Me encierre con él en los baños para hacer lo mismo que tu haces con las chicas detrás de las gradas.

— Ah ya... — Jay siguió caminando hasta que después de unos segundos, paro repentinamente su caminar, para ver al mayor, quien tenía una sonrisa burlona en su cara. — ¡¿Qué dijiste?!

— Jay, por favor, no grites. — Rogó el mayor. — Todos nos voltean a ver.

— Perdón, perdón, pero, ¿Hablas de Yang Jungwon? ¿El Yang Jungwon que te a molestado desde pequeño? ¿Dónde? ¿Cuando? ¿Por qué? ¿Cómo pasó? y más importante aún, ¿Por qué no me habías dicho antes?

— Muchas preguntas, una por una. 

...

El sonido dela guitarra resonaba por la habitación, Jungwon estaba tocando aquel instrumento, una de sus sueños cuando era pequeño era ser músico, siempre le gusto tocar la guitarra y componer letras, pero había un problema: El señor Jeon.

El señor Jeon había catalogado aquel sueño como estúpido, argumentando que la música era para vagos sin futuro alguno, así que cuando tenía 10 años decidió abandonar aquel sueño y solo lo tomo como un pasatiempo.

— Jungwon. — Escuchó una voz masculina, alzo su mirada para dirigirse al dueño de aquella voz, su padre. — Que bonito.

— Gracias...

— ¿Cómo va la escuela? — Inquirió, sentándose a su lado. — ¿Todo bien?

— Sí papá. — Sonrió, su padre jamás le había dado la espalda, al contrario, odiaba que al señor Jeon le dijera todo eso a su hijo y le metiera esas ideas. 

— Hace mucho no te veía tocando la guitarra, me da mucha felicidad que retomes lo que te gusta. — Su padre sonrió y acarició su cabellera con delicadeza, viéndolo con orgullo y felicidad. — También me alegra que ya no te pelees con Heeseung. 

— Bueno, no es tan imbécil y bueno para nada como pensaba. — Murmuró, recordando a aquel chico, sin poder ocultar su sonrisa al pensar en él. Alzo sus cejas y volvió su vista a su padre, quien asintió.

— Papá, ¿Por qué Heeseung no sabe manejar? — Preguntó Jungwon con curiosidad, pues el pelinegro no tiene ni licencia para conducir.

— La primera vez que su papá lo llevo a aprender a manejar ca—si se lleva un árbol, por eso.

Jungwon soltó una carcajada por lo dicho, su padre se rió con él y luego suspiró, escuchando su teléfono sonar, al tomarlo su sonrisa se apagó.