Vida

803 95 5
                                    

Meses después..

Jungwon

Yo ya no necesitaba más la aprobación de mi abuelo, por fin estaba viviendo mi vida como siempre quise. Descubrí que a parte de la música, tengo una gran fascinación por los deportes, me gusta jugar voleibol y también basquetbol. 

Ahora mismo me encontraba con Ni-Ki, Sunoo, Jake, Sung Hoon, Taehyun y Beomgyu, porque sí, por fin el mi amigo presentó al chico que lo tenía suspirando. Cuando conocí a Choi me sentí muy bien de saber que alguien hacía feliz a Taehyun.

Ni-Ki empezó a ir a terapia para controlar su ira y Sunoo lo ayuda bastante, ambos son una bonita pareja y también me alegra el avance que mi amigo rubio tuvo con su vida, amando a alguien y a la vez, amándose a si mismo.

— Ya me tengo que ir. — Anuncié, tomando mi mochila de la escuela. — Voy a ir a ver a Heeseung.

— Dale, pero ahora quedaremos parejos. — Dijo Taehyun. — Sunoo, tira la pelota.

Me alejé de la cancha de voleibol donde mis amigos jugaban y comencé a caminar tranquilamente por el parque, sonreía al ver a las parejas compartir momentos juntos, una que otra familia, algunos niños revoltosos y haciendo berrinches por un juguete o helado.

Cuando veo a ese tipo de niños me recuerda a mi propia infancia, haciendo berrinches para llamar la atención, me convertí en un niño tan consentido y mimado por el señor Jeon que cuando cambió completamente empecé a tratar mal a mis padres, pero gracias a que ellos me pusieron un alto, no me convertí en alguien caprichoso.

Llegue hasta la puerta de la gran casa donde Heeseung residía, toqué el timbre e inmediatamente la puerta fue abierta, baje mi vista y sonreí al ver a la pequeña Minji frente a mí, con una sonrisa.

— ¡Jungwonnie! — Gritó ella y se lanzó a mis brazos, yo la abracé, correspondiéndole el abrazo. — ¿Viniste a ver a Heeseung?, esta en la habitación.

— Gracias Minji. — Sonreí. 

La niña se hizo a un lado y me dejo continuar con mi camino. La separación de Heeseung con su madre fue muy dolorosa para él, le dolía y mucho, sabía que lo hacía porque incluso a mí me dolía lo que pasó con el señor Jeon y ya no éramos tan cercanos para ese momento. 

Hablando del señor Jeon, no he vuelto a saber nada de él, solo se que vive solo en su casa, con todos sus empleados y guardias como única compañía, mi madre no quiso volver a verlo y yo menos, así que se quedó completamente solo, aunque me hubiera gustado hablar con él tranquilamente una última vez.

— Hola amor. — Saludé, cuando ingresé a la habitación de mi novio. 

— Hola, hermoso. — Saludó él, tomándome de la cintura y luego depositando un beso en mis labios. — ¿Cómo estás?

— Muy bien. — Sonreí, dejando mi mochila en la esquina de su habitación. — Ya que, oficialmente, estamos de vacaciones los dos, ¿Por qué no hacemos algo?

— ¿Cómo qué? — Preguntó con una ceja alzada, pegándome contra la pared, acariciando mi cuerpo, no lo iba a negar, me encantaba como tocaba mi cuerpo y me veía con sus ojos que tenían ese brillo de lujuria y a la vez de amor, pero no en su casa. — Amor...

— Heeseung, sabes que no podemos hacerlo aquí, menos con tu hermana presente. — Advertí. 

— Esta bien. — Murmuró. — Jungwon, eres lo más hermoso del mundo.

— No lo creo, porque tú eres el más hermoso del mundo, Lee Heeseung.

...

— Hola Jay. — Saludé al chico, quien me sonrió. — ¿A dónde irás estás vacaciones?

— Reino Unido, ¿Y tú?

— Esta vez me quedaré en corea. — Expliqué, viendo a mi padre traer un vaso de agua para darle a Jay. — A parte, tal vez tome clases de pintura este verano para que no sea tan aburrido, ¿Cuándo te vas tú?

— Mañana. — Tomo el vaso de agua y tomo un poco, para luego dejarlo de nuevo en el lugar. 

La familia de Jay y la mía eran amigas, por así decirlo, pero jamás venían a la casa porque Jay se llevaba con Heeseung y como yo "odiaba" a Heeseung, mis padres infirieron que también odiaba a Jay, aunque este me caía bien.

Las horas pasaron y la reunión ya había terminado, las horas pasaron casi volando, fue divertido pasar tiempo con Jay, jugar un rato y charlar cómodamente, pero también me hubiera gustado que Heeseung siguiera viviendo en esta casa y pudiera acompañarnos.

— Hasta luego, Jay. — Me despedí. — Que pases unas lindas vacaciones.

— Igualmente Jungwon, cuídate. 

El chico se subió al carro que sus padres conducían y vi como se puso el cinturón, para después marcharse. Sentí la mano de mi padre en mi hombro y al voltear a verlo, vi como me sonreía tiernamente.

— Estoy tan feliz que hayas recuperado esa alegría, hijo. 

— Créeme que yo igual, papá.

— ¿Por qué no vemos películas? — Preguntó mi madre, tomando a mi padre y a mí de los hombros. 

— Eso suena bastante bien, amor, ¿Qué dices Won? 

— Que eso suena increíble, me iré a poner la pijama. 

Niño mimado - HeewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora