capitulo 14

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La cita había sido un éxito, Colombia se la había pasado de maravilla junto al ruso, las risas, las molestias, los gritos, todo aquello fue algo que no llego a faltar.

El problema fue el momento en el que llegó la noche, lo pensamientos comenzaron a atacarle.

Todo se encontraba en calma, lo único que se lograba escuchar era el ruido de los grillos y el viento soplando las hojas secas.

Colombia se había levantado de su cama y decidió salir de su habitación, habían ocasiones en las qué prefería dormir en la hamaca que quedarse encerrado en su cuarto pues sentía que dentro de esta se ahogaba.

Pese a que tenía algunas lagunas mentales el recordaba vívidamente la época de esclavitud, dónde en muchas ocasiones él y su familia se vieron afectados.

Flash back

-Escóndanse y quédense con su madre, síganla a ella y háganle caso en todo lo que les diga, ¿Oyeron?- aquello lo decía Nueva Granada, se le notaba sumamente preocupado.

-Ten cuidado- esta vez era gran Colombia quien hablaba mientras mecía en sus brazos a Quitó (Ecuador)

-No te preocupes, volveré con ustedes- una vez nueva Granada cerró aquella compuerta subterránea, república de Colombia salió a correr en dirección a una rendija que permitía ver a la puerta de aquella "choza".

-Definitivamente eres igual de escurridizo a una rata Nueva Granada- aquella lo decía Frenando VII, mientras sostenía una espada en mano y un grupo de caballeros se posicionaban detrás suyo.

-Me alagas capitán, es un honor ser un dolor de cabeza para alguien como tú- nueva Granada se burlaba de aquel grupo de hombres, cosa que no le gustó mucho a Fernando VII.

-Nos haz dado muchos problemas, pero es hora de que te enfrentes a tu juicio maldito hereje, después de que acabemos contigo iremos por tu familia- aquello lo decía el capitán

-incluso si yo no estoy con ellos, ustedes no serán capaces de encontrarlos, su intelecto no da para tanto, si a duras penas pudieron encontrarme- aquello lo decía Nueva Granada con una sonrisa en su rostro.

República de Colombia se sentía orgulloso de su padre, pues aquel hombre siempre era alguien carismático y lleno de valentía.

-Suficiente, vendrás con nosotros ya no tienes a dónde escapar- y antes de si quiera poder parpadear se comenzó a escuchar el sonido metálico de las espadas al chocar entre si.

República de Colombia iba a gritar pero una mano se lo impidió, era Gran Colombia quien simplemente había apartado su vista mientras se mordía el labio inferior.

-Tenemos que irnos- Colombia quería llorar, sabía que debido a su condición no era fácil que ellos murieran, aún así sentían totalmente el dolor, confiaba en que su padre escaparía de aquella situación así que antes de irse miró por última vez aquella rendija, lo que vio lo dejo totalmente helado, al ser más, aquellos hombres habían logrado tumbar a su padre y lo tenían contra el suelo atado de manos, pero lo que más le dolió fue el hecho de que comenzaron a clavarle una por una todas sus espadas al rededor de su cuerpo, todo con la excusa de que así el country tricolor no podría escapar, Nueva Granada se encontraba lleno de sangre.

-Ya no eres tan rudo ¿Eh, nueva Granada?- decía el capitán tomando del mentón al country, quien al verle a los ojos le escupió a la cara recibiendo un puño como respuesta.

-¡Tráiganlo!- aquello lo había dicho Fernando mientras limpiaba su rostro, dos hombres a su derecha tomaron a Nueva Granada arrastrándole por el lugar sin importarles si este se quejaba del dolor.

República de Colombia observo como su padre movía sus labios pronunciando una pequeña palabra "cuídalos" y sin más vio como la silueta del hombre que le había dado la vida comenzaba a desaparecer siendo arrastrado por aquellos desconocidos.

-Es hora de irnos- República de Colombia le hizo caso a su madre y con lágrimas en sus ojos comenzó a caminar mientras tomaba de la mano a su hermano Venezuela

La familia tricolor no pudo llegar a establecerse pues la armada española les pisaba los talones, por ello mantenían en un constante viaje.

Las cosas iban relativamente bien, todo hasta el momento en el que los encontraron, cómo pudieron intentaron defenderse, pero fue algo inútil, Republica de Colombia fue capturado en el intento.

-¡No! ¡Suéltenme!, ¡duele!, ¡no más por favor!, ¡ya basta!- aquellos gritos llenos de dolor y de angustian pertenecían a Colombia, a quien castigaban todos los días de las maneras más crueles para un simple adolescente, aún así por la mente del cafetero siempre pasaba la preocupación de saber cómo se encontraba su familia, su madre y sus hermanos.

Con el paso del tiempo sus ojos color esmeralda se fueron apagando y aquella sonrisa se fue acabando, el día que Gran Colombia apareció para rescatarle no podía creer que aquel en la celda fuera su hijo mayor.

Fin Del Flash Back

El viento soplaba contra su cabello rubio y su mirada se encontraba en dirección a la nada, los pensamientos pasaban una y otra vez por su cabeza, llegando a sentir incluso en algún que otro momento como si el tacto del látigo se encontrará nuevamente con su piel desnuda.

Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al recordar aquello, si fuera por el olvidaría todo tormento y viviría tranquilamente, pero aquello no era algo fácil de hacer.

De la nada sintió como una mano se posaba encima suyo y rápidamente giro su mirada atrás.

-No seamos tan maricas..- decía el tricolor mientras regulaba su respiración

-¡¿Qué hijueputa maña tienen todos con querer darme un puto infarto del susto?!- gritaba el cafetero a la persona detrás suyo.

-Lo siento Colombia, no fue mi intención asustarte así- esta vez era estados unidos quien tomaba la palabra para disculparse.

-Te ví algo mal y quise saber si estabas bien- Colombia no sabía si creer o no en la palabras del estadounidense.

-La verdad no quería molestarte, pero te vi con la mirada triste, cómo hace mucho tiempo atrás- el cafetero miro directamente los ojos del de estrellas y pudo darse cuenta que sus palabras eran sinceras, por primera vez en mucho tiempo podía ver cómo Estados Unidos mostraba una mirada comprensiva.

-Mano usted no se preocupe, son cosas mías, cada quien carga con su propia cruz- Colombia volvió a girar su mirada a la nada mientras comenzaba a entablar una conversación con Estados Unidos

-Aun así me gustaría saberlo, quiero ayudarte- Colombia no dijo nada, se mantuvo en un silencio total.

Estados Unidos de acercó a él y con un suave tacto limpió una lágrima de su mejilla, para después abrazarle.

-Esta bien...... si no me quieres contar, no te obligare a nada, aún así planeo quedarme a tu lado el tiempo necesario hasta que te sientas mejor- el rostro del cafetero se puso totalmente rojo, aún así intentó disimularlo tanto como fuera posible, se negaba a volver a tener sentimientos más allá de los que hay en una amistad con Estados Unidos.

Tal y como lo había prometido, una vez el de estrellas se separó de Colombia se hizo a un lado y se mantuvo en total silencio mientras admiraba a las estrellas.

Aquella noche fue tranquila, fue agradable, pero había algo que le molestaba al tricolor, su pecho se encontraba realmente agitado con la presencia del contrario.

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