Parte sin título 19

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-¡Doctor! ¡Doctor! ¡ñaño! ¡el...el!- Gritaba Ecuador intentando recuperar el aire, OMS quien estaba al pendiente entró rápidamente a la habitación del cafetero.

-¿Qué tiene?- preguntaba preocupado Ecuador al ver cómo su hermano quien había permanecido quieto durante más de dos meses comenzó a moverse bruscamente mientras hacía ruidos extraños, como si viviese una pesadilla.

-Tranquilo, el está bien, algo debe de estar pasando dentro de su mente, pero no se encuentra en peligro, no te preocupes al menos con esto nos damos cuenta que su cerebro ya comienza reaccionar, de todas formas lo mantendremos monitoreado- OMS sonrió tranquilamente dejando solo a Ecuador quien aún se encontraba preocupado por su hermano mayor, pues en la cara del cafetero se podía apreciar miles de sentimientos que le atormentaban.

-ñaño... Despierta ya, todos te estamos esperando- Ecuador miraba a su hermano con los ojos llorosos.

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-¡Corran! Yo los entretendré- Colombia sostenía una espada en sus manos mientras escuchaba el galopar de los caballos cada vez mas cerca.

-Hijo yo.....- Gran Colombia no pudo decir nada pues fue abrazada por su hijo mientras le daba un beso en la frente.

-Tú tienes que cuidarlos a ellos, además yo sé que podré escapar y en caso de que no lo haga se que me sacarás de las celdas madre, así que no te preocupes por mi y vete con ellos- Gran Colombia comenzó a llorar seguido del llanto de Venezuela y Ecuador.

Los caballos se escuchaban cada vez más cerca y los gritos de los caballeros comenzaban resonaban por todo el lugar, el cafetero sostuvo aun más fuerte su espada.

-¡Váyanse ya!- y sin más, Gran Colombia tomo a sus dos hijos y corrió con ellos en brazos lo más rápido que pudo, al perderlos de vista, el cafetero miró en dirección de dónde se aproximaban los caballos, sabía que perdería, pero al menos les daría tiempo a escapar, haría lo que su padre hizo alguna vez por ellos y eso en cierta manera le enorgullecía.

Su familia estaría bien, cada vez se acercaban más a la frontera donde les esperaría Simón Bolívar, el les ayudarían en su lucha por la independencia y la libertad, solo tenía que darles tiempo a llegar a dicho lugar, y si para ello tenía que sacrificarse luchando lo haría sin duda alguna.

-Joder... Pero miren a quien tenemos acá, el hijo imitando las acciones del padre- aquella voz provocaba miles de emociones en el cuerpo del cafetero, le tenía odio y rencor, Frenando VII capitán de guardia, el hombre que le arrebató a su padre, he iba detrás de su familia, tenía que detenerlo de una buena vez por todas si quería que aquellos a los que amaban estuvieran bien.

Los caballos comenzaron a rodearle y cuando recibieron la orden del capitán todos se le fueron encima. Con movimientos rápidos y precisos Colombia comenzó a asestar golpes uno tras otros bajando a los jinetes de los caballos.

-No debiste traer una espadas a una reunión de pistolas- después de escuchar aquello sintió el golpe de la bala impactándole en el brazo, al ver el dueño del arma no puedo evitar molestarse, el capitán tenía en sus manos un fusil español modelo 1801, el cafetero en un movimiento rápido dirigió sus manos a su cadera y rápidamente tomo su pistola de chispas apuntando directamente al capitán.

-¿Quién dijo que no venía preparado?- y sin más el tricolor disparó al contrario hiriéndolo gravemente, después de eso sintió como más de una bala impactando contra su cuerpo y algunos casos hasta lograba atravesarle, el sufrimiento era insoportable y la perdida de sangre alarmante, pero a pesar de eso sabia que no moriría, ante aquel terrible padecimiento su única satisfacción era ver a su enemigo mientras se revolcaba en el suelo a causa del dolor.

-¡Capitán!- un hombre corría a socorrer a su superior, se acercó un poco y al parecer después de recibir una orden el subordinado le ayudo a levantar su cabeza.

-Ten por seguro Republica de Colombia que si sobrevivo a esto, hare que sientas el infierno en vida y si no.... alguien mas cumplirá ese trabajo por mi- aquello último lo dijo en una carcajada para después ser levantado por dos de sus subordinados y retirarse del lugar.

Los demás caballeros españoles que se encontraban en el lugar apuntaban al cafetero, quien no podía mover sus extremidades a causa del dolor, por dentro se sienta satisfecho, pero sabía que aquello le saldría realmente caro y probablemente lo pagaría con sangre.

-¡Lleven lo a las celdas!- y nuevamente la situación se repetía, al verse siendo arrastrado en el piso recordó como su padre había estado en aquella situación años atrás y no pudo evitar sentirse nostálgico, ¿Al menos sería capaz de ver a su padre en aquellas celdas?.

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El tiempo paso lentamente o al menos eso era lo que creía Colombia, pues al estar encerrado en una celda mientras le torturaban, se le hacia prácticamente imposible contar el paso del tiempo.

-Joder.... esto ya no es divertido- un hombre se encontraba azotando cruelmente a la republica de Colombia, quien simplemente no hacía ningún tipo de ruido y mantenía su cabeza abajo.

-Grita, llora, súplica, ruega, me gustaba escucharte, pero ya ni hablas, esto se ha vuelto aburrido, no esperaba romperte tan fácil- Colombia solo se limitaba a escuchar.

-Tú padre duró mucho más tiempo antes de quebrarse, cada vez que lo sacaban de la celda para su castigo diario intentaba escapar y por su culpa mas de uno de los guardias terminaron fuera del cuartel debido a lesiones graves e irreparables, aunque bueno, no por nada era el líder de la rebelión- al escuchar la mención de su padre Colombia no pudo evitar reaccionar, llamando la atención del guardia quien al ver aquella actitud se le formó una macabra sonrisa en su rostro.

-¡Vaya! ¿Por qué no se me habrá ocurrido antes?- se preguntaba así mismo aquel guardia mientras soltaba una sonora carcajada, al terminar llamó a alguien para hablarle al oído y
este solo asintió para después retirarse.

-¿Sabes? Hemos estado creando algo con lo que podremos lidiar con ustedes, es un veneno, no les llevará a la muerte... De momento.... Pero tiene repercusiones en sus cuerpos, en un principio no teníamos con quién experimentarlo, pero tu padre muy voluntariosamente se ha estado ofreciendo a probarla- Los ojos de Colombia solo demostraba odio.

-¿¡Dónde está!? ¡malditos! ¿¡Que le hicieron!? ¡Más les vale que esté bien si no yo les juro que los mataré!- el guardia tomó del mentón a Colombia

-¡Al fin tío! Comenzaba a preguntarme cuando ibas a reaccionar joder, es aburrido cuando los prisioneros no hacéis ningún ruido- antes de que Colombia dijera algo se escuchó como unas puertas de metal grande eran abiertas y unas cadenas eran arrastradas por el suelo en su dirección, Colombia no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, el cafetero se tensó aún más al ver la tétrica sonrisa que estaba comenzando a colocar su captor.

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Nos vemos en el próximo capítulo

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