Omega: The Subversion || Binwoo [ Omegaverse ]

Capítulo 26.

Los grandes magnates de la industria estaban llegando al edificio. Con sus ropas refinadas y de la más alta calidad, desprendían risas entre ellos mientras compartían copas de vino. Sus trajes de gala eran una clara demostración de su estatus; no escatimaban en ningún gasto, y algunos parecían estar hechos de oro puro. Y adicionalmente, cada invitado yacía con máscaras oscuras y coloridas que cubrían hasta su nariz. Cada una diferente a la anterior, seguramente demostrando el alma de cada uno de los invitados.

Algunos de ellos se destacaban por su extravagancia, con adornos extraños alrededor del cuello y hombreras gigantescas llenas de plumas. Incluso, unos cuantos lucían objetos flotantes sobre sus cabezas, añadiendo un toque aún más surrealista al evento.

Los camareros, todos betas, vestían ajustados trajes negros y alargados. Contaban con máscaras blancas iguales, impidiéndoles ver sus rostros completamente. Se movían de un lado a otro con una precisión robótica, tanto que cualquiera podría cuestionarse si eran realmente humanos los que les entregaban las copas de champaña y vino en aquellas bandejas de plata.

—Aquí tiene su copa, joven amo. —Dongmin había logrado infiltrarse con facilidad. Sus prendas eran idénticas a las de los demás camareros, y había camuflado su aroma con un perfume que solía usar con frecuencia en misiones.

Pero, ¿cómo había logrado entrar? ¿Y qué había pasado con el vampiro de pacotilla de hace rato?

A decir verdad no fue la gran cosa. Cuando Dongmin le había ofrecido dar el primer golpe, pudo darse cuenta de inmediato que no tenía ninguna experiencia previa en cuanto a combate se trataba.

—Muy lento. Muy distraído. Muy torpe. —fue diciendo aquellas palabras con cada golpe que esquivaba del contrario. Estaba decepcionado. Realmente esperaba algo distinto al enfrentarse a un vampiro, pero al parecer aquél tipo no era el indicado. —Me aburres.

Cuando esquivó uno de los tantos ataques inútiles del contrario, Dongmin se posicionó detrás de él y le dio un certero golpe en el cuello con el lateral de su mano, haciéndolo caer al suelo y noqueándolo. Arrastró su cuerpo hasta una esquina, intentando ocultarlo y amarrarlo lo suficiente como para que no estorbara dentro de unas cuantas horas. Sin embargo, nunca se esperó que se despertara de repente, con los ojos literalmente en llamas y con un aura completamente distinta a momentos antes.

Juró por un momento que estaba frente a otra persona. Sus puños se llenaron de llamas, y aquello lo dejó boquiabierto, aún más a Sanha, quien no paraba de gritar sorprendido.

—¿¡Eso es fuego!? ¿¡De verdad lo es!? —exclamó con fuerza, casi dejando sordo a Dongmin de lo agudo que fue su grito de emoción—. ¿¡Cómo es que un vampiro tiene piroquinesis!? ¡En teoría es imposible!

Emocionado, Sanha comenzó a revisar sus libros, documentos y archivos. Todo lo que tenía a la mano lo leía a gran velocidad en una pantalla, mientras en la otra mantenía la vista en Dongmin, grabando. Tenía que documentar algo como esto.

—¿Quién eres? —preguntó Dongmin de forma seria, sin inmutarse por la situación. No recibió respuesta alguna, solo gruñidos animales con una cara llena de rabia—. ¿Un animal acaso?

Al decir aquello, el contrario gritó furioso, lanzándose a gran velocidad hacia Dongmin, quien logró esquivar el puñetazo dirigido a su cabeza. Pudo notar una repentina mejoría en las habilidades de combate del vampiro; era más rápido, ágil y lograba esquivar algunos golpes que Dongmin le lanzaba para estudiarlo. Este no podía ser Minhyuk.

—Por más que me gustaría seguir aquí jugando, el señor Jeon llegará pronto y tengo que averiguar todo lo posible antes de poder asesinarlo —dijo al ver la hora holográfica en la pared, notando que los minutos comenzaban a transcurrir con rapidez.