Capítulo 9

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Lee Dongmin estuvo separado de los demás por un par de meses luego del incidente de Kai. No se muestra arrepentido ante sus actos, y su niño interior parece haber desaparecido a pesar de su corta edad.

Sus acciones se asimilan a la de alguien que ya ha madurado. No sonríe y y se muestra reacio ante cualquier muestra de afecto.

La psicóloga que estuvo con él durante todo este tiempo informó que Lee Dongmin había dejado todo rastro de inocencia detrás, y que ahora estaba más que nunca estaba listo para volver con el grupo y empezar el nuevo tipo de entrenamiento.

A decir verdad, a ellos no les importaba que tan mentalmente estables se encontraran, lo único que querían es que se convirtieran en armas que obedezcan todas sus órdenes sin objeción alguna.

Cuando Dongmin volvió con el grupo, todos estuvieron asustados, aterrados, con miedo de que en cualquier momento este los asesinara.

Las instalaciones habían dicho que lo que sucedió con Kai y sus amigos no había sido más que un trágico accidente provocado por las maquinarias pesadas que se encontraban por la parte trasera de las instalaciones. Pero nadie creía esa historia, pues muchos fueron testigos de como Kai había entrado por última vez a aquella habitación en donde estaba Dongmin minutos antes de su muerte.

Nadie se le acercaba en lo absoluto, incluso Sanha a pesar de ser un poco más cercano a él le tenía un poco de miedo. A veces no podía pegar el ojo por las noches viendo a Dongmin fijamente dormir al otro extremo de la habitación.

Fue un día normal como otros en la cafetería de las instalaciones, porque sí, al parecer habían cambiado el lugar en donde se organizarían las comidas dejando de ser aquella mesa extensa en el pasillo del mismo lugar del que eran sus habitaciones, o como Dongmin les decía, celdas. 

Estaba como siempre, inexpresivo y algo aburrido con la bandeja llena de comida de lo que sería su almuerzo ese día entre sus manos en dirección hacia su mesa solitaria con capacidad para seis en la cual solo Sanha lo estaba esperando.

Uno de los niños que se encontraba comiendo se levantó con rapidez al terminar y sin querer chocó contra Dongmin haciéndolo caer y tirar su bandeja junto con toda su comida ocasionando el estruendoso ruido del metal retumbara por toda la cafetería.

Todos se quedaron en completo silencio viéndolo en el suelo con sus prendas blancas embarradas de comida. La tensión en el ambiente aumento mientras Dongmin gruñía molesto por lo sucedido intentado levantarse.

El niño que lo hizo caer se cubrió la boca del miedo y empezó a llorar.

—P-Perdón. —dijo completamente aterrado—. Lo siento yo no quería-

Dongmin giró su cabeza en su dirección con rapidez dejando ver su expresión un poco molesta, mas este acto hizo que el niño se orinara en sus pantalones.

—No pasa nada. —dijo con su voz grave y baja, levantándose y solo agarrando la bandeja dejando la comida en el suelo—. Solo fue... un accidente.

Dicho eso, solo se marchó del lugar bajo la atenta mirada de todos y dejando al niño soltar todo el aire que había retenido en sus pulmones por el miedo a ser asesinado al igual que todos los demás.

Dongmin dejó pasar eso, pues sabía que no era su intención hacerlo caer. Los accidentes ocurren, a cualquiera le puede suceder.

Pero esa acción desencadenó un nuevo ciclo en el cual poco a poco iba a volver ser tratado como una basura.

A veces se caía por un pie que se interpuso en su camino, pero cuando preguntaba qué sucedió solo se disculpaban completamente apenados. Otras veces no podía encontrar su ropa de cambio cuando terminaban sus actividades físicas, y otro niño se disculpaba diciendo que la tomó por error.

Omega: The Subversion || Binwoo [ Omegaverse ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora