Fingers Crossed

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Jade.

No sabía qué estaba haciendo en ese lugar. Me habían invitado, pero sabía que era mala idea presentarme y aún así lo hice.

Tal vez en el fondo tenía curiosidad. Quizás en el fondo quería volver a verla, aunque me doliera hacerlo.

Me acerqué a la barra y un hombre alto me atendió.

- ¿Qué se le ofrece, señorita? - preguntó amablemente. Estaba vestido de traje, realmente elegante.

Creo que ese evento era más importante de lo que imaginé. Por suerte yo no iba desarreglada. Tal vez un poco mas casual que todos ahí, pero no me veía mal.

- Un martini - respondí intentado sonreír - No muy cargado, por favor - agregué. Mi estómago llevaba vacío varias horas y no tenía planeado emborracharme.

Miré a mi alrededor y todos parecían estar pasándola bien; habían conversaciones animadas y risas de vez en cuando. Eso me hizo sentir fuera de lugar.

- Aquí tiene - dijo el barman, depositando el trago frente a mí - ¿Necesita algo más? - cuestionó sin borrar esa amable sonrisa que empezaba a irritarme.

- No, muchas gracias - respondí logrando ocultar mi repentino cambio de humor. No sabía por qué esa situación me estaba afectando tanto, se supone que ya lo había superado.

- ¡Jade! - escuché una voz familiar exclamar mi nombre con emoción.

Me volteé en mi asiento para ver a Deborah Edwards acercarse emocionada.

- Me alegra verte - me saludó cuando estuvo frente a mí.

- Lo mismo digo, Debbie - respondí con una sonrisa. Ella me había invitado a este evento, ya que era un momento muy importante en la vida de su hija, Perrie Edwards, mi ex novia.

- Creí que no vendrías - admitió y pude ver un poco de tristeza en su rostro.

- Pues aquí me tienes - respondí rascando mi nuca. Volví a sentirme incómoda en ese lugar, pero intenté disimularlo.

Deborah iba a agregar algo más, pero un fuerte sonido la interrumpió. Todas las luces se apagaron, excepto las del pequeño escenario que se encontraba en la parte de atrás.

Y ahí estaba ella, frente a un micrófono, sonriéndole a todas las personas que la estaban mirando.

- Hola a todos, espero la estén pasando bien - habló y su voz hizo eco en todo el lugar - Mi nombre es Perrie y está es la primera vez que voy a cantar una de mis canciones en vivo. Podría decirse que es mi debut como artista, así que no sean tan duros conmigo.

Todos los presentes rieron ante su comentario, todos excepto yo. Estaba en una especie de trance y entonces me di cuenta de mi error al pensar que podría verla sin salir afectada.

El sonido de las cuerdas de una guitarra me hizo reaccionar. Ahora Perrie se encontraba sentada en un banco alto, sosteniendo el instrumento que le regalé para su decimoquinto cumpleaños.

Cuando finalmente comenzó a cantar se me revolvió el estómago.

Introduced me to your family
Watched my favorite shows on your TV
Made me breakfast in the morning
When you got home from work

Making plans to travel 'round the world
Said we'd always put each other first
Old love songs we used to play to
Funny, now I hate you

Mis ojos empezaron a picar. Estaba hablando de mí, escribió una canción sobre mí.

Habíamos terminado nuestra relación hace más de un mes y aparentemente aprovechó ese tiempo para escribir. Sus ojos estaban cerrados y se notaba que estaba sintiendo cada palabra que salía de sus labios.

Jerrie Thirlwards//One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora