Home

59 5 0
                                    

Desde que te vi por primera vez supe que algo especial iba a pasar si te tenía a mi lado. Todas esas noches de tristeza y desesperanza desaparecieron. La sensación de soledad se esfumó.

Aún recuerdo el escalofrío que recorrió mi cuerpo entero al escucharte hablar por primera vez, y el sentimiento de paz que apareció cuando finalmente estuve entre tus brazos.

Han pasado muchos años, demasiados, pero te juro que aún me siento como el primer día.

Aún me siento nerviosa cada vez que haces contacto visual conmigo. Cuando te acercas a mí, el mundo se detiene y de repente solo estamos nosotras. Mi corazón va a mil por hora cuando me besas, pero el resto de mi cuerpo está tan tranquilo que siento que estoy flotando.

Éramos muy jóvenes en ese entonces y aún así entendíamos lo que estaba sucediendo, sabíamos que lo nuestro iba a durar toda la vida.

■■■

Flashback

Estoy enfadada. No, furiosa.

Me acabo de enterar que mis padres quieren mudarse al otro lado del país. De hecho, ya han puesto nuestra casa en venta. La casa donde crecí. Mi hogar.

No entiendo porqué lo hacen. Tenemos una buena vida, hasta diría que excelente. Toda nuestra familia está en este lugar, mis amigos están acá. ¿Por qué querrían irse?

Debí haberles preguntado, pero lo cierto es que salí corriendo de ahí a penas me dieron la noticia.

- Carajo - murmuro pateando una piedra lejos de mi camino.

Mi corazón sigue acelerado debido a la distancia que he recorrido. Estoy en un lugar solitario. Sólo hay campos y un par de árboles alrededor.

A mis dieciséis años de edad, jamás me había sentido tan alterada. Estoy tan mal que hasta mis manos tiemblan.

- Cálmate, Jade - me susurro a mí misma, tomando una gran bocanada de aire para luego expulsarlo lentamente por mi boca.

De repente escucho un grito bastante cerca de donde estoy. Esto hace que me tiense durante unos segundos.

- ¡Bailey! - es una voz femenina. Me doy vuelta para ver qué ocurre.

Entonces veo un perro corriendo hacia mí. No me da tiempo de reaccionar, ya estoy en el suelo con aquella criatura lamiendo mi rostro.

- ¡Bailey! ¡No hagas eso! - escucho nuevamente esa voz, pero ahora está mucho más cerca.

Empiezo a reír mientras acaricio el pelaje de ese lindo animal. Luego me inclino para sacudir el polvo en mi cabello y espalda.

- Dios, lo siento tanto - dijo una chica rubia acercándose a mí. Se puso de cuclillas a mi lado, luego de lanzar una pelota para que el perro fuera tras ella. - No sé qué sucedió, él empezó a correr de repente.

- Está bien, no te preocupes - murmuro con una sonrisa y finalmente levanto la mirada para ver su rostro.

Mi boca se secó de inmediato. Es muy hermosa.

- No puede ser, ¿te dolió mucho? - esta chica se ve realmente preocupada. No deja de examinarme, intentando buscar algo roto o que sé yo.

Jerrie Thirlwards//One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora