Eso fue muuuuy decepcionante

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Nuestra nube viajó hasta la sima del Empire State Bulding en cuestión de segundos, lo que fue conveniente.

Aún así, no me gustó para nada, no lo recomiendo.

Se me hizo extraño que la entrada al Olimpo estuviera en la azotea del rascacielos, en lugar de entrar por el elevador, pero bueno, si podía ahorrarme al molesto portero, lo haría con gusto.

Annabeth señaló hacia arriba.

—Oye, allá.

Mirando hacia arriba del edificio, veía cómo las nubes de tormenta empezaban a arremolinarse,

—Zeus y Poseidón se preparan para pelear—dijo Annabeth.

Miré hacia mis alrededores.

—Y bueno... ¿cómo se entra al Olimpo desde aquí?—pregunté.

Mi "madre" me tomó del hombro y me guió hacia adelante mientras señalaba a una vieja puerta.

—La entrada del Olimpo es ahí.

Camine hacia la puerta y la inspeccioné sin encontrar nada raro, me preguntaba si tenía que hacerla volar con el rayo (para ese punto lo único que quería era volar cosas con el rayo) cuando una voz tronó desde las alturas:

—¡Percy Jackson!

Me volví y bufé exasperado.

—Ah, es él.

Descendiendo desde las alturas con un par de zapatillas voladoras, Luke hizo acto de presencia con una armadura y una espada enfundada.

El hijo de Hermes aterrizó frente a nosotros, tratando de mostrarse amenazante.

—No debiste haber salido con vida, Percy.

"Hmm... ni siquiera intenta mantenerlo como sorpresa para así tratar de matarme cuando menos me lo espere. Simplemente bajará del cielo y querrá pelear, este Luke no sólo es peor guerrero que el de mi mundo, también es menos listo"

Hubiera preferido volver a luchar contra Ares, al menos Ares sabe como no verse estupido jugando a ser el malo maloso. Se ve estupido de muchas formas, pero en ese papel en específico no tanto.

—No puedo dejar que lleves el rayo al Olimpo—siguió Luke—. Yo soy el ladrón del ray...

—Sí, ya lo sabía—lo interrumpí—. La verdad es que era bastante obvio cuando te pusiste a despotricar sobre lo egoístas que son los dioses. ¿Vamos a pelear o qué?

—¿No quieres conocer mis... motivaciones?

Hice una mueca.

Ares no era el único que ni mostró la cara, Crono tampoco se había aparecido en ningún momento, así que... tal vez este Luke no estaba siendo manipulado, sólo era estupido.

—A ver, habla—le dije—. ¿Por qué escondiste el rayo en el escudo?

—Cuando dijiste que ibas al inframundo se me ocurrió—dijo—. Era le perfecta oportunidad para llevarle el rayo a Hades.

"¿Y cuando Hades hiciste eso? Desde que te enteraste de que nos íbamos al inframundo hasta que me diste el escudo pasaron como treinta segundos en los que únicamente andabas jugando en tu consola"

A ver, qué perfectamente se pudo haber anticipado a que iríamos a pedirle ayuda, pero... meh, eso sería darle demasiado crédito.

—¿Exactamente qué lograbas con darle el rayo al tío H?

—Ver al Olimpo desmoronarse...—gruñó Luke.

—Ah... ¿y eso por...?

Luke se abalanzó sobre mi poco elegantemente. Pensé en fulminarlo con el rayo, quería fulminarlo con el rayo, deseaba fulminarlo con el rayo.

Pero decidí que dejaría ese cacharro en paz por un momento, me hice a un lado y esquivé su patético intento de envestida. Él giró en el aire y trato re lanzarme una patada.

Levante el Cacharro Maestro y cuando su pie lo golpeó, Luke salió disparado dando vueltas por el cielo, con un alita del pie medió chamuscada.

Luke desenvainó su espada, me incliné hacia Annabeth y le dejé el rayo.

—Me sostienes esto tantito, gracias.

Me volví hacia Luke, y mientras él cargaba desplegué mi espada y desvíe su embate lanzando un golpe ascendente.

Él retrocedió para tomar impulso y trató de patearme con las dos piernas a la vez.

Tremenda estupidez, bajé mi espada y lo apuñalé en el muslo.

El gritó de dolor, y antes de que pudiera reaccionar lo tomé por el cabello y lo estampé contra el suelo, para luego cortarle las alas a sus zapatillas con dos movimientos.

Me sentía decepcionado, en mi mundo Luke había sido mi primer maestro en la lucha con la espada. Fue el rival que nunca logré vencer y siempre me quedé con la espinita de no haberlo derrotado.

El si hubiera podido o no ya es otra cosa, lo único que me molestaba realmente era el no haber tenido un duelo final con él, ya que en su lugar me tuve que contentar con Crono usando su cuerpo...

Un ser milenario ocupando el cuerpo de un adolescente para satisfacer sus caprichos... mierda, eso se oye mal si lo digo así.

Como sea, volviendo a la "pelea"

Dejé que Luke se levantara, para ver si hacía algo.

Él se levantó y tomó su espada una vez más antes de querer cargar al ataque. Desvíe su golpe y lo desarmé con la misma maniobra que él mismo me había enseñado en mi mundo.

Puse mi hoja a dos centímetros de su cuello.

—¿Para qué Hades quieres una guerra entre los dioses?—le pregunté—. En serio, ¿de qué te sirve?

—Control...—jadeó él—. Llevan demasiado tiempo en el poder... es momento de que gobierne nuestra generación... moldear el mundo a nuestra semejanza...

—Ese es el problema, amigo, eres feo.

Lo pateé en el estómago, mandándolo contra el suelo.

—Además, sí yo gobernará el mundo todo sería azul, no habrían escuelas y seguramente todos moriríamos en menos de veinticuatro horas. Soy buen líder en la batalla pero hasta allí, no me gusta la administración.

Él intentó levantarse y atacar, giré sobre mí mismo evitando su excusa de golpe y le di un pequeño toque en la parte trasera de la cabeza con la empuñadura de mi espada.

—Y hay otro problemita—añadí—. No sé si ya hayas notado que ellos llevan tanto tiempo en el poder porque... son putos inmortales. Es decir, supongamos que tu plan se cumple, gobiernas unos cincuenta o sesenta años, te mueres, tus hijos toman el control, y después de algunas generaciones cualquier ideología o mentalidad que hayas intentado implementar habrá sido olvidada.

—¿Y sólo por eso... los apoyas... a ellos... los dioses?—gruñó adolorido.

—No, realmente sé que son un dolor en el trasero—admití—. Pero bueno, en ocaciones consigues que los dioses te deban uno o dos favores de los grandes. Y si utilizas eso apropiadamente, lograrás que juren un cambio lo suficientemente importante como para que poco a poco el mundo se vuelva mejor. Créeme, lo digo por experiencia.

—Tú... no sabes... nada...

—Si... bueno... feliz aterrizaje.

Y lo arrojé desde el Olimpo de una patada.

Okey... no soy tan cruel, pero digamos que eso Luke no lo sabía.

—¡Percy!—gritó mi madre—. ¡¿Qué hiciste?!

Me encogí de hombros.

—Dale unos segundos y... allí esta.

En el suelo, las calles se agrietaron y las tuberías estallaron. Un gigantesco manantial de aguas negras surgió desde el asfalto y atrapó a Luke a media caída, arrastrándolo hacia el mar lejos de mi vista, pero manteniéndolo vivo y sin vigilancia porque a las Moiras les encanta el drama.

—Adiós, perra—sonreí, no era lo que esperaba, pero algo de estrés liberé.

Me volví hacia mi madre y Annabeth.

—Bueno... ¿y ahora qué?

Percy Jackson en... ¿Percy Jackson?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora