23. ¿De que hablas? 😕

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- No me dijiste que era tan linda - Sonreí

- Si, lo es – Me observo y su sonrisa se intensifico - Estas diciendo que soy lindo

- Dije que ella era muy linda, ¿En qué momento dije que lo eras tú? - Levante la ceja esperando su respuesta

- Si, pero antes dijiste que éramos iguales, se acercó y retrocedí un poco pegando mi espalda a la pared, su cuerpo se pegó un poco más al mío y sonreí, en el momento en que nuestras respiraciones se unieron mi cabeza quedo en blanco, me sentía bien, me sentía segura, Richard se alejó de mi al escuchar el timbre retumbar por todo el lugar, aprete los ojos con fuerza tratando de normalizar mi respiración, a abrirlos nuevamente Richard me observaba con una sonrisa

- ¿Qué? - Lo observe confundida 

- También odio ese timbre, también esperaba que pasara

- ¿De qué hablas? - Claro que sabía de lo que hablaba, pero quería escucharlo de sus labios

- El beso, a menos de que tú esperaras algo más - Se acerco nuevamente a mí, nuevamente cerré los ojos, nuestros labios se rozaron con lentitud, pero una nueva interrupción rompió el silencio

- ¡Chicos, llego la comida! -suspiramos y nos observamos con una sonrisa cómplice antes de volver al interior de la casa y sentarnos en un par de asientos vacíos, serví un poco del apetitoso desayuno y mi padre hablo nuevamente - ¿Por qué tardaron tanto?

- Estábamos hablando – Respondí rápidamente

- Si, claro – Interrumpió Christopher en un tono sarcástico, Richard lo pateo y mi padre nos observó confundido

- ¿Por qué lo dices? - Mi padre lo observó con el ceño fruncido

- Me refiero a que si estaban hablando – Mi padre asintió y observe nuevamente mi comida sin evitar ponerme roja como tomate. Al terminar de comer deje el plato en el fregadero camine hacia las escaleras y mi padre se acercó con una sonrisa

- Voy a trabajar, necesito que los cuides, no quiero llegar y ver toda la casa destruida

- Ya son adultos, no creo que rompan mucho – Se encogió de hombros y sonreí - Esta bien, les prestare atención - Sonrió y dejo un beso en mi frente

- Cuídate – Asentí antes de continuar mi camino a mi habitación, no dejaba de sentirme sucia, nunca pensé en sentir este tipo de debilidad, y aunque no quería mi cerebro lo repetía una y otra vez, pero hoy había sido diferente, ¿Cómo un casi beso había logrado borrar parte de mi agonía?, necesitaba más de esa medicina llamada Richard Camacho, abrace la almohada contra mi rostro, la retire de mi a sentir pasos acercarse, el bello moreno se acercaba lentamente y no pude evitar sonreír

- ¿Qué haces aquí? - Pregunte

- Necesito hablar contigo - Sonrío

- ¿De qué quieres hablar? - Se encogió de hombros - Además debo cuidarlos, ¿lo olvidaste? - Se sentó en el borde de la cama junto a mi

- Christopher se encargará – Bufé y me senté junto a él

- ¿Y? - Cruce las piernas sobre la cama

- Te conozco hace poco, pero eso no significa que no me di cuenta de que algo te afecta – Lo observe de reojo - Además, cuando te encontramos en la carretera fue extraño, nunca te vi así, lucias alterada – Mis ojos se nublaron

- Soy muy débil – Lo observe

- Eres la chica más fuerte que he conocido en toda mi vida, cabe recalcar que conozco muchísimas mujeres fuertes - Sonreí un poco sin enseñar los dientes antes de responder

- No hablo de esa debilidad – Toque mi pecho – Hablo de esta debilidad – Suspire

- Sabes que puedes confiar en mi – Acaricio mi mejilla

- Es complicado – Recosté mi cabeza contra su mano, buscando más contacto de su parte

- No quería parecer entrometido, pero sin importar el que se lo mucho que necesitas un abrazo – Se acerco un poco abrazándome mientras sobaba suavemente mi espalda, no pude evitar romper a llorar como lo había hecho sin parar estos días, le conté todo lo sucedido entre fuertes sollozos que cada vez me impedían más hablar

- Quiero morir, me siento sucia, me siento... - Sin dejarme decir más rompió el abrazo y acaricio mis mejillas limpiando mis lagrimas

- No tienes por qué sentirte de esa forma, fue él, el culpable de todo, no tenía ningún derecho a tocarte ni un cabello – Sus ojos brillaron con furia - ¿Por eso estabas en la carretera?


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Noche Inolvidable Richard Camacho y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora