46. ¿Qué trato? 😥

10 3 0
                                    

- ¡Richard! - Observe de donde provenía la voz - ¡Aléjate de __! - Me aferre a su cuerpo con fuerza -Vamos __ – Acaricio mi cabello – Déjalo, le romperás las costillas - Gruñí, solté a Richard protegiéndolo con mi cuerpo, nadie podía acercarse a él, sentí como tomo aire un par de veces

- Preciosa, es tu padre – Acaricio mi espalda logrando que me relajará un poco – No te hará daño

- ¡Richard aléjate de una maldita vez! - Su tacto se tensó sobre mi piel, gruñí antes de caer al suelo, el dolor me ataco con fuerza nuevamente, aullé, lagrimas involuntarias se escaparon de mis ojos - Cariño relájate, tú puedes, concéntrate - Sentía mi cuerpo quebrarse

- ¡Oh por Dios!¡¿Qué es eso?! - Mi mirada se posó en aquella melena roja, el enojo creció nuevamente en mi cuerpo haciendo que la transformación finalizara completamente, me puse de pie y me abalance sobre su débil cuerpo, un grito ahogado abandono sus entrañas, cuando estaba muy cerca mi padre se interpuso sujetándome con fuerza del pecho.

- Cariño, sabes que no me gusta hacer esto, pero es lo mejor – Susurro mientras una fina aguja se clavaba en mi espalda

Sentí como la fuerza abandonaba mi cuerpo, poco a poco me desvanecí, hasta que finalmente mi cuerpo impacto contra el suelo, era inútil levantarme, moverme, incluso hablar; odiaba esa horrible sensación de debilidad, pero estaba con papá y el me defendería sin duda alguna.

- Lárgate de aquí - Escuche la voz de Richard

- Te est...

- Vete

- Richard – Susurro mi padre - ¿Podrías por favor traerle algo de ropa a __?

- De acuerdo, ya regreso

- Lo siento cariño - los labios de mi padre se estrellaron contra la parte alta de mi cabeza aun cubierta de pelo, sentí la tela de su abrigo sobre mi pelaje, poco a poco la transformación se fue terminando, la brisa acariciaba mi rosto y los brazos de mi padre me abrazaban con fuerza – Richard no debe tardar

- ¿Esto está bien? - Hablo Richard minutos más tarde

- Si, gracias – Con sumo cuidado mi padre me puso la sudadera, se puso de pie sin soltar mi mano - ¿Cariño puedes ponerte de pie?, ya te cargare hasta la habitación, pero no puedo levantarte del suelo

- Puedo ayudarlo – Sentí su olor más cerca

- De acuerdo, solo no la acerques a tu... cuello – Se agacho y rodeo mi cuerpo con sus brazos levantándome del suelo, su dulce aroma me abrigo

- Tranquila – Susurro – Yo la llevare

El camino fue silencioso, escuché un par de golpes en una puerta y minutos más tarde pude sentir como sus brazos me soltaban y un suave colchón los remplazaba

- Toma asiento, tengo que hablar contigo



*Richard*


Me senté en una silla frente a la cama donde se encontraba __

- Seré rápido – Me observo con seriedad – Necesito que aceptes un trato

- ¿Qué trato?

- Bien sabes que somos licántropos, podría decirse que tenemos un "conflicto" - Hizo un ademan con sus manos – Con los mimetistas o cambia formas, como prefieras llamarlos, el problema es que se supone que estaban extintos desde hace muchísimo tiempo, pero uno sobrevivió y se ha encargado de poco a poco ir debilitando la manada – Lo observe sin entender nada de lo que decía – Estas en peligro – Soltó sin más – Hay es donde viene el trato, nosotros te protegemos, solo necesitamos que vengas con nosotros

- ¿Cuándo?

- Hoy, no tienes nada de qué preocuparte, nada te sucederá, toda a manada tiene el encargo de cuidarte la espalda – Lo observe aún más confundido – No hay razón para que te niegues

- ¿Tengo opción?

- No, la opción principal era llevarte a la fuerza, pero __ insistió en hablarlo contigo

- De acuerdo

- Salimos en dos horas

- Adiós – Respondí poniéndome de pie

- ¿Dónde estoy? - Pregunto __ desubicada

- Estamos en un hotel

- ¿Y tú quién eres?

- Soy tu hermana – Respondió Emma con una sonrisa

- Me gustan tus ojos – Pronuncio mientras observaba el resto de la habitación cruzando su mirada con la mía - Eres hermoso – Sonreí - ¿Como te llamas?

- Richard – Respondí con una sonrisa, me siguió observando sin decir nada – Richard Camacho – Respondí nuevamente, sonrió

- Camallo – Susurro – Camallo, camallo, camallo – Rio – Yo también tengo un camallo – Dijo con una sonrisa – Bueno en alguna parte – Observo confundida la habitación antes de fijarse nuevamente en mi – ¿Nos casamos?... ¡Casémonos! - Juan aclaro su garganta llamando la atención de __ - ¿Y tú eres? - Lo observo

- Tu padre

- Es genial, así podrás casarnos – Sonreí con diversión

- Cariño, él ni siquiera ha aceptado – Me observo nuevamente

- Oh, lo siento – Se sentó lentamente sin dejar de observarme – Tu precioso hombre creado por los dioses ¿Te casarías conmigo?, viviremos en una casa cerca – Observo confundida – Espero que este cerca 



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Noche Inolvidable Richard Camacho y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora