No fue la ultima vez que tembló entre mis brazos, no siempre fue por el frio, los recuerdos la atormentaban, lo que sentía la hería y la culpa la carcomía, lo intentamos, de todas las formas tratamos de superarlo, pero esto era algo que no se podía...
- Mi pequeña, si no lo logras hoy será el próximo año, pero nunca me decepcionaría de ti - Sonrío
- Si no lo logra será mi esposa – Levanto la voz Jack uno de los lobatos de la manada, busque ayuda en la mirada de mi padre
- No te preocupes cariño, solo dejare que te cases con quien tu decidas – Se acerco a mi oído – Si alguien quiere robarse tu mano, lo espantare a mordiscos - Reí, me enfoque en la concentración y lo logre, me había transformado por primera vez, gritos de triunfo acompañaron mi desbordante corazón, pude ver los ojos orgullosos de mis padres
- No puedo culparlos, también rompí mi promesa – Susurré
El día del nacimiento de mi hermanita, nos encontrábamos juntos esperando para ver su pequeño rostro, corrí a la habitación cuando me lo permitieron, sobre el brazo de mi madre, la observe con una sonrisa, era tan pequeña, tan adorable, me daban ganas de aplastarla, de comerla, de ahogarla con amor, la sostuve en mis brazos y susurre
- Siempre voy a estar ahí para ti, es una promesa
El trágico día que mi padre regreso a casa, con sus ojos repletos de lágrimas, con la cobija de Emma llena de sangre, con palabras cortadas, sollozos incontrolables aquel día me prometí a mí misma estar siempre para ella, para mi padre, ser un apoyo incondicional
Cuando cumplí los 18 Emma se acercó llorando a mis brazos
- Me vas a dejar
- Nunca
- ¿Dejaras de ser mi hermana? - Negue - ¿Seguirás confiando en mí?
- Siempre – Limpie sus lágrimas besando su mejilla
Siempre, ¿habían sido simples palabras vacías? ¿habían sido promesas sin argumento?, ¿Qué eran olvidadas o simplemente se las llevaba él viento?, ¿en qué momento cambio todo esto?
- Tú madre está muerta - Sollozó
- ¿Qué?, no no no, ella prometió que estaría con nosotros
- Lo prefirió a él, busco su muerte __
- Ella trato de abandonarnos, buscaba separarme de mi hermanita - Sollocé
- Siempre seguirá con nosotros, seguirá cumpliendo sus promesas
- ¿Dónde?, ¡ya no soy un bebe! - Grite – No tienes por qué decirme aquellos cuentos para niños, sé que mi madre nunca regresara - Llore, los brazos de mi padre vinieron a consolarme
¿Fue la falta de confianza?
- Tú madre y yo no éramos mates, fue un matrimonio acordado, haría crecer nuestra manada, pero que no fuéramos mates no significaba que no quisiera a tu madre, la amaba con mi vida, además me dejo los dos regalos más hermosos - Sonreí
- Me casarías con alguien por conveniencia
- Nunca
¿Faltaba comunicación?
- Un chico me dio un beso – La observe con los ojos enormes
- ¿Qué?
- En la mejilla, dijo que le parecía muy bonita - Sonreí - ¿Crees que soy bonita?
- La más hermosa – Acaricié su mejilla - Vas a abandonarme por ese chico – Puse una mano en mi corazón con dramatismo - ¿Es guapo? - Se encogió de hombros
- No lo sé, no sentí los gusanitos en mi estómago, ¿y tú ya los sentiste? - Negue
- No, aún no
Por primera vez desde que mi madre llego se inclinó hacia mí y susurro
- Lo se cariño, les daré tiempo, hare lo posible para que nunca vuelva a suceder, las promesas nunca se rompen, la persona que está dañando nuestra familia va a pagarlo, el destino no siempre es señal de que va a ser bueno, les guiare por las pistas necesarias hasta que tú cariño, consigas su destierro – Dejo un beso en mi frente, cerré los ojos ante este contacto
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Abrí los ojos de golpe, encontrándome sola, desnuda, sucia, muerta por dentro
- Mami – Susurre – Tengo mucho miedo – Abrace mis rodillas contra mi pecho, pase un par de minutos en esta posición, me levante de la cama y camine hacia el baño, mientras antes terminara con la aversión que sentía por mí misma mejor, y esperaba con todas las fuerzas de mi corazón que el agua de la ducha lavara hasta lo más profundo de mis huesos, me metí bajo las abundantes gotas tibias de la ducha, restregué con fuerza cada parte de mi cuerpo, con las uñas trataba de arrancar de mi piel la repugnancia de sus toques, de sus besos, cada mal recuerdo, pero no fue así, me deje caer contra la pared, las lágrimas se mezclaban con el agua de la ducha, finalmente salí de allí, destruida, con ganas de desaparecer para siempre, tome mi teléfono y leí finalmente los abundantes mensajes que había dejado Richard en el.
- Preciosa, ¿Qué tal fueron las cosas?
- ¿Va todo bien?
- Me pase por tu casa, no abriste
- Estoy muy preocupado
- Me pase por casa de tu padre, de igual forma nadie abrió
- Estoy esperando que hayan solucionado sus cosas yendo a algún lado juntos
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