우리의 10: Historia interminable 노래

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Nuevamente llego el lunes. Hyunjin había estado toda la semana anterior ignorando a todo y todos. Asistía a las clases, pero estaba ausente en ellas.

Ignoraba por completo a Felix y Seungmin, también a Minho y el resto del grupo. Se pasaba todo el tiempo libre en la azotea, con los auriculares puestos y una capucha que le tapaba el cabello.

Obviamente, no le había explicado a su familia que habían descubierto la muerte de Misuk, ya que ellos tampoco le tomarían importancia. No volvió a tocar el piano aquella semana, porque no se sentía con fuerzas.

Hasta que nuevamente llego el lunes. Si los lunes ya de por sí eran malos, ese día se llevaba la palma, puesto que tendría que compartir aula con todo el grupo de música, y con Minho.

Con pesadeza, entro al aula de música, viendo al lado de la puerta una silla tirada sin cuidado, sabiendo que seguramente el castaño sería responsable de eso, y feliz de saber que no había sido el afectado por ello.

Ignoro los ojos curiosos de los otros chicos, y se sentó en su asiento, con su capucha y cascos puesto, algo ya habitual en su día a día.

Minho observo a Hyunjin desde su asiento, dejo su guitarra de lado y agarro el papel con letras que tenía a un lado.

El profesor Park entro en el aula, y todos volvieron a sus asientos.

- ¿Cómo van con su composición musical?- pregunto alegre, sin recibir respuestas.- ¿Hay alguien que ya tenga escrita la melodía?- pregunto esta vez.

Algunos levantaron las manos, Minho incluido.

- Me alegra saber eso, ya que la próxima clase será el día de entrega. Tocarán su canción frente a la clase.- revelo, apuntando la fecha de entrega en la pizarra.- Bien, hoy continuaremos con algo de historia de la música, y estudiaremos a Beethoven.- explico.

La clase de muisca paso de forma lenta para Hyunjin, quien estaba deseoso de que aquello terminara de una maldita vez. Cuando sonó el timbre de cambio de clase, le agradeció a todos los dioses.

Se levantó de su asiento y se dirigió a su próxima clase, siendo seguido por Felix y Seungmin, quienes habían aprendido a dejarlo en paz y mantener la distancia.

Estuvo perdido en sus pensamientos las dos horas de clases siguientes, ignorando todo lo que salía de la boca de su profesora.

Normalmente no tenía este tipo de recaídas, solía pasársele con rapidez y volvía a sus días neutros. Pero esta vez estaba siendo diferente. Misuk estaba en su cabeza la mayor parte del tiempo, para recordarle lo cobarde e idiota que era.

Por otro lado, Minho también estaba dentro en sus pensamientos, pero no de la misma manera que Misuk. Minho le daba miedo, porque lo hacía sentirse diferente en un sentido que no comprendía.

Era ver ese cabello castaño, sosteniendo la guitarra, con mal genio, y sabía que todo sería bueno, que se sentiría relajado y que podría confiar en Minho. Aún no sabe por qué se abrió con el de esa manera el pasado miércoles.

Únicamente Misuk sabía que tenía ese tipo de pensamientos, esas ganas de tirarse por un acantilado o de que la vida le pegara un maldito puñetazo en la tripa que le dejara tonto. Y ahora también lo sabía Minho, y temía eso.

Cuando sonó el timbre, tuvo la misma idea que los días pasados: salir corriendo hacia la azotea. Pero alguien cambio sus planes. Minho estaba parado frente a el, lo estaba esperando fuera de su aula.

Sintió que le estrujaban los intestinos, y como se quedaba sin aire. Minho le sonrió, de una manera relajada y tranquila. No supo qué hacer, ¿debía salir corriendo o esconderse debajo de alguna baldosa?

- Ven.- dijo el castaño, agarrándolo del brazo y tirando de el por el pasillo.

- ¿Qué? ¿Dónde vamos?- pregunto inseguro.

Pero su pregunta fue respondida cuando en su campo de visión entro la ya tan conocida aula de música. Entraron a esta, y el mayor cerro al puerta.

Minho le tendió aquel papel que le dio, con la canción que había compuesto para Misuk.- Tócala.

- ¿Qué?

- Tú hazlo.- pidió nuevamente.

Hyunjin acepto la partitura a regañadientes y se sentó en la banqueta del piano. Miro las teclas durante un par de segundos, de forma insegura e indecisa. Pero finalmente, sus yemas tocaron las blancas y frías teclas del piano, dejándose escuchar esa melodía que le hacía querer llorar.

Pero se sorprendió cuando el piano fue acompañado por una voz: la voz de Minho. El mayor estaba cantando, porque había escrito la letra de la canción al fin.

- Una historia que nunca terminará, recuerda el día que nos conocimos, la estrecha sonrisa y la luz del sol.- canto el mayor, con una voz tranquila y melodiosa, que lleno los pulmones de Hyunjin.- Podría saberlo con solo mirarte a los ojos, somos uno. Cada vez que sonrías o sea duro para ti, yo te protegeré por ti. Incluso ir en contra del tiempo, apareceré frente a ti.

>> Nunca digas adiós porque tú y yo somos uno, porque caminaremos juntos en el mismo sueño. Sigue sonriendo a mi lado justo como en este momento. Más que mañana, más profundo que la eternidad, te amo. - Cuando Minho termino de cantar la canción entera, con los altos y bajos incluidos, y Hyunjin termino de tocar el piano, se hizo un silencio tranquilo en la habitación.

El peli negro sentía que lloraría en cualquier momento, pero no lo hizo. No era una canción de amor, era una canción para Misuk.

- Eres muy bueno escribiendo canciones tristes.- comento Hyunjin, sonriendo de lado.- ¿Cuántos quebraderos de cabeza te trajo escribir esto?

- Muchos.- admitió Minho.- Espero que te haya gustado, realmente llegue a pensar que me pegarías un puñetazo por esto.- confeso.

Hyunjin rio cortamente, negando. Se giró en la banqueta, mirando a Minho, quien estaba parado a unos metros de el.

- Gracias.

- No hay de qué.




















우리의 - 노래

Cancion: Neverending Story, Straykids.

Our Song // HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora