Capítulo Ⅵ

362 57 30
                                    

San y SeongHwa salieron de la habitación dónde estaba WooYoung, una hora después, para dejarlo descansar.

San no paraba de mirar al mayor y sonreírle. SeongHwa lo vió en sus ojos, su agradecimiento, pero sus labios cerrados en una sonrisa le decían que no planeaba decirlo.

Estaba bien. SeongHwa no le iba a presionar.

SeongHwa también le sonreía a San, aunque no creía que se veía bien. Teniendo en cuenta que había estado llorando, tenía la cara hinchada y los bordes de sus ojos rojos. Pero el azabache parecía contento con eso.

— SeongHwa hyung... — Comenzó el menor, tomando al alto de la muñeca — Yo... Estoy impresionado por lo que hiciste por Young-ah. Es decir, solo lo has conocido por dos días. Y aún así...

— San — SeongHwa lo interrumpió, una mirada enternecida haciéndose presente en su rostro. — WooYoung es un chico asombroso, y si solo hablé con él dos días y aún así me arriesgue a sacarlo de esa casa, solo confirma que él es valioso. Tú también lo eres, Sannie, si hubieras sido tú quien estuviera ahí adentro, también te salvaría.

SeongHwa no sabía si lo que dijo tuvo sentido, o que San malentendiera sus palabras y lo viera como un vanidoso. Rogaba por qué no fuera lo último.

Sin embargo, las lágrimas que resbalaron por la mejillas del menor y su enorme sonrisa, le informó que si había tenido el efecto deseado.

Trastabilló cuando San se lanzó hacía él, enredando sus brazos alrededor de su cuello. Había mucha diferencia a la primera vez que San lo abrazo, y también otras intenciones. SeongHwa le devolvió el gesto con una inmensa sensación de paz. Sonrió cuando escuchó su nombre en sollozos.

— Ya, ya, San... — SeongHwa palmeó su espalda con cariño. — Está bien, San.

El azabache sorbió la nariz y se separó, pasando sus manos por su rostro para limpiarse las lágrimas. Cuando por fin se tranquilizó, levantó la vista y observó al alto con una expresión suave.

— Te voy a llevar con nosotros a nuestro viaje. — Dijo, sonriendole emocionado. — Seremos tú, WooYoung, su mamá y yo.

SeongHwa parpadeó confundido, pero su sonrisa no abandonó sus labios.

— ¿Viaje?

San asintió con determinación. — Nuestro viaje para salir de este lugar. Lejos de todos.

SeongHwa sintió un cálido cosquilleo en su pecho, sus mejillas se sonrojaron y sonrió cautivado. Sintiéndose especial por ser incluído en ese plan.

El mayor comenzó a mover su cabeza de arriba a abajo efusivo, más que complacido. — Si, yo...

—¡SeongHwa!

La sangre se le congeló al escuchar la voz de su madre por los pasillos del hospital. Volteó con una expresión consternada, pero San fue el primero en reaccionar, alejándose dos pasos del mayor.

— Mamá... — SeongHwa en cierto modo se sentía mal por haber olvidado por completo a su progenitora. Había estado tan enfocado pensando en San y WooYoung, que no pensó en avisarle de las cosas que habían sucedido. Verla ahí debía ser gracias a algún vecino que la conocía y le informó dónde estaba. Se mordió el labio inferior y se alejó de San, caminando hacia la mujer.

Iba a disculparse, pero no previno que su rostro sería empujado a un lado por la fuerte cachetada que le dió su mamá.

— ¡¿En qué estabas pensando?! ¿Meterte en una casa en llamas? ¡¿Acaso querías morir ahí?! — Gritó ella sin importarle que las enfermeras voltearan en su dirección con distintos grados de consternación. San hizo un sonido atrás de él, pero nada más. SeongHwa suponía que también estaba sorprendido por el arrebato.

𝐒𝐀𝐕𝐄 𝐔𝐒 {𝚆𝚘𝚘𝚂𝚊𝚗𝙷𝚠𝚊}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora