Valerin

Capítulo XIV | Dorian y Valerin

Momentos atrás, cuando el cielo comenzó a oscurecerse, en casa de Dorian se encontraba Ammyt frente a él.

Acababa de ser liberado el sello que ella había hecho en el demonio y ahora ya no podía hacerlo sola…

Dorian, al verla, tarda unos pocos segundos en recordarle, ya que debido al sello, tanto la existencia de Ammyt como la de Luna, fueron borradas de la memoria de todos quienes alguna vez las conocieron.

—Ammyt… ¿Como puedes estar aquí? —Preguntó Dorian.

—Mammón rompió el sello, está furioso y yo… Muy débil… No puedo enfrentarle sola. —Contestó.

—¿Mammón? —Preguntó Dorian.

—Es el demonio que poseyó al cuerpo de la pobre Luna… El hijo del mismísimo diablo… —Respondió Ammyt.

—¿Luna? —Meditó el nombre una y otra vez Dorian en su cabeza —. ¡Luna! —Exclamó —. ¿Donde está ella? ¿Salió contigo?

—Lo lamento, para la pequeña Luna… Era demasiado tarde…

Mammón, hacía siglos había salido de su hogar hasta la tierra, causando muertes y desastres por donde pasaba, hasta que un día un viejo sabio le encerró con un sello en el bosque, justo donde la inocente Luna le liberó al derribar las rocas, Ammyt se había encerrado junto a él, sellándolo temporalmente, pero Luna no tenía salvación alguna…

Dorian se quedó en blanco por unos instantes pero luego de unos segundos reaccionó y comprendió que si Ammyt estaba ahí, era porque necesitaba su ayuda para detener a Mammón.

—¿Que debemos hacer? —Preguntó Dorian.

—Debemos encontrar a unos viejos amigos… —Respondió Ammyt.

Ahora, Valerin, Dorian, Ammyt y Morthy se encontraban juntos en el bosque, pero… Morthy se negaba a dejar que metieran a Valerin en sus asuntos…

—¡Bien! —Dijo Valerin —. Si tú no vas a hacer nada, lo haré yo.

—Morirás. —Respondió Morthy.

—Hace unos minutos era lo que intentaba, ¿Que más da si me mata él o si acabo yo misma con mi vida?

—Si es lo que quieres, te ayudaré… ¡Pero no me hago cargo del mocoso, solo te cuido a ti! —Exclamó Morthy.

—A Dorian lo protejo yo, pero necesito que seas tú quien lo selle. —Dijo Ammyt.

—¿Sellarlo? ¿Yo? ¿Al mismísimo hijo del diablo? —Dijo Morthy.

—Eres el único que puede, yo no tengo muchas energías y aún con todo mi poder, solo pude encerrarlo unos pocos años… —Dijo Ammyt.

—¿Lo sellaste? ¿Como lo hiciste? —Preguntó Morthy.

—Con un sello de sacrificio, perdí mi libertad todo este tiempo y una pequeña niña dio su vida… —Respondió Ammyt.

—Ya veo… Por eso no sentía tu presencia… Pero ¿Como voy yo a sellarlo? —Preguntó Morthy aún inquietado.

—Morthy… ¿Que estarías dispuesto a hacer por esa niña? —Preguntó Ammyt.

—Ni te lo imaginas... —Respondió.