crush ; spreen ✓

20 ︴ not okay

— dale, rodrigo — apuraba ivan a su amigo.

— bueno, loco, no quiero que me multen — se quejó manejando lo mas rápido que podía — aparte podemos hasta chocar.

— anina está sola en el medio de la nada en un país que no conoce, ¿entendes?

— está bien, pelotudo, no le paso nada.

— ¿que sabes?

— la veo, tarado — señaló a una chica acostada en el suelo mirando las estrellas.

a ivan se le paró el corazón cuando miro lo que rodrigo señalaba, no podía creer que estaba a metros de la mina que lo tenía mal.

— baja, gil — el más bajo le pego, a lo que reacciono rápido y se bajo del carro, sin llamar la atención de ella ya que no lo oía.

trotó hasta ella, una vez que estuvo lo suficientemente cerca, se le llenaron los ojos de lagrimas al ver las lágrimas de la chica caer por sus mejillas mientras sorbía su nariz.

se sentó y le levantó la cabeza, apoyándola en sus piernas, haciendo que automáticamente abra los ojos y se levante exaltada.

— por el amor de dios — se saco los air pods con una mano y con la otra limpiaba sus lágrimas — ¿spreen?

el sonrió de costado y al instante dos brazos lo rodearon con fuerza, mientras que el imitaba la acción de la chica con ella.

estuvieron unos dos minutos así, ella abrazándolo fuertemente mientras que el acariciaba su espalda y trataba de no llorar al sentirla lagrimear.

— ¿por que lloras? — preguntó con un tono dulce, el cual no usaba hace mucho.

— nada — limpio sus lágrimas nuevamente — son cosas mías.

— ¿puedo saber? capaz te ayudo — corrió un mechón de su cara.

— es mucho para contar, no me alcanza el tiempo — agacho su cabeza para que no viera el pequeño sonrojo.

— ¿tenes que irte si o si? — preguntó, a lo que ella negó — podemos ir a pasear por ahí, que se yo.

pensó un poco, si iba, tenía que avisar y mucho más, si no, tenía que volver a la casa y soportar a lea, giselle y karina.

suspiro una vez más y lo miro — vamos.

el le sonrió y se levantó, extendiéndole una mano para que ella la tomara, y así fue.

se encaminaron hacia el auto de rodrigo, quien abrió la puerta trasera para que ella subiera.

una vez que nini se subió al asiento trasero, ivan se sentó junto a ella, no sin antes preguntarle atreves de la mirada.

— ¿que andas, nini? — le chocó el puño con una pequeña sonrisa — rodri.

— si, ya se quien eres — rió mientras limpiaba sus lágrimas con las mangas de su chaqueta.

— me parecía — se rió levemente — bueno, ¿a donde nos dirigimos?

ivan la miro buscando respuesta.

— spreen — dijo riendo — no soy de aquí, que voy a saber yo.

— ah — se rió avergonzado — llevanos a casa.

— vamos a mi casa — dijo apuntándolos — así conoces a barrisito.

— bueno — asintió la mayor.

el camino empezó en silencio, los dos del asiento trasero miraban hacia la ventana y no decían nada, mientras que a rodrigo le incomodaba el silencio.