Capítulo 8: Atrapada (Parte I)

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(Tn)

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(Tn)

2 de febrero de 2019

—Hijo, ¿quién es la señorita? —pregunta el señor Newgate.

Volteo hacia Ace que parece cambiar de colores ahora que Angel lo abraza alrededor del brazo para enseguida regalarle una sonrisa.

—Oh, es cierto, viejo, ella es una compañe...

—Soy su novia —le interrumpe Angel.

Un frío recorre mi cuerpo y no tardo en percibir un leve mareo. Mis piernas flaquean. Trago grueso e intento no olvidar como respirar. Las palabras recién escuchadas no paran de dar vueltas en mi cabeza.

«Soy su novia».

¿Tan pronto se ha llegado el momento de que mi mayor temor se vuelva una realidad?

Y de todas las chicas que pudieron tomar el lugar de la mujer que he bendecido por ser la dueña del amor de Ace..., ¿de verdad tenía que ser Angel?

No, no importa de quien se trate, esto me duele, me duele y me resulta una misión casi imposible el disimularlo. Nadie puede verlo, escucharlo, o sentirlo, pero mi corazón se ha roto en mil pedazos.

Suspiro sutilmente obligando mis pies a moverse. Estos dos o tres segundos me han parecido una eternidad en la que he sido cruelmente torturada sin la esperanza de que mi pecado fuese absuelto. Mira que enamorarme de mi mejor amigo. La broma está en mí.

—Conque la novia de mi hijo, ¿eh? —replica el señor Newgate.

La mirada de Ace está fija en la mía. Parece pedirme perdón aunque no entiendo porqué.

—Es un verdadero gusto conocerlo, señor Newgate —dice Angel, extendiendo la mano que el susodicho estrecha después de dudar por unos segundos.

El silencio se vuelve pesado y siento la necesidad de desaparecer.

—Les dejo para que conversen —digo, notando que el señor Newgate no parece muy contento con lo que acaba de escuchar.

Le he quitado la oportunidad de decir quien sabe qué a Ace, ya que sus labios se han quedado abiertos y con la intención frustrada.

—(Tn), espera —me pide Ace, cogiéndome de la mano.

Me suelto de su agarre procurando no ser brusca y le regalo una sonrisa.

—¿Quieres que prepare tu desayuno? He perdido la apuesta y debo pagarte, ¿recuerdas?

Me aferro al brazo de Marco, que con un movimiento gentil, lo aparta para enseguida abrazarme.

—(Tn), n...

—Te esperamos a la mesa —le interrumpe Marco. Me parece que ha sonado bastante firme y muy serio, aunque no sé porqué.

TOCANDO LAS PUERTAS DEL CIELO ━━ [En curso] 《30》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora