TOCANDO LAS PUERTAS DEL CIELO ━━ [En curso] 《30》

Capítulo 6: Noche de fiesta (Parte 4)

Ace

1 de febrero de 2019

—Ace —murmura Angel asomándose por la puerta.

¡Maldición! Lo que me faltaba...

—Hey... —respondo, tratando de no sonar pesado aunque en realidad no tengo la voluntad ni la fuerza para lidiar con ella.

—¿Estás bien? —me pregunta cerrando tras de sí.

—Sí, claro, ¿por qué no habría de estarlo?

—Acabo de encontrarme con Darla en el pasillo. Está hecha una furia. ¿Ha sucedido algo entre ustedes dos?

—Claro que no —le respondo casi disgustado.

Sacudo la cabeza intentando ganar algo de calma. Angel no tiene la culpa de que mi día haya sido tan extraño y que por eso me sienta sofocado. No puedo desquitarme con ella.

—Lo siento, no quise hacerte enojar.

—Darla y yo somos amigos, Angel, la quiero mucho, pero no la veo como mujer, así que desde luego no pasó nada entre nosotros. Solamente seguimos el rollo por el juego. No es como que realmente tuviéramos que besarnos y todo eso.

—Eso creí —dice, bajando la mirada. Sonríe débilmente ahora que me ve a los ojos—. Estás molesto porque (Tn) se fue con Darien, ¿cierto?

—¿Es en serio? ¡¿Tú también me vas a soltar esa idiotez?!

—Perdóname... —murmura incrédula.

Tampoco yo me reconozco. No estoy siendo yo mismo.

—Lo siento —me paso los dedos entre el cabello mientras suspiro tratando de recobrar un poco de tranquilidad—, no quise alzar la voz.

Este día ha sido un desastre.

Angel se acerca para abrazarme. Apega su cara a mi pecho, y de momento a otro, la siento temblar.

—Ace, ¿por qué no eres capaz de quererme aunque sea un poco?

—Angel, ya hemos hablado de esto —digo al voltear. La separo de mí con gentileza.

—No he estado con nadie más que contigo y, quisiera... Bueno, yo... —alza los brazos hasta que sus manos llegan a mi cuello donde se quedan con los dedos entrelazados detrás de mi nuca—. Sabes bien que he estado enamorada de ti desde que teníamos doce.

Suspiro con sutileza.

—Escucha, yo n...

—Sé que me has dicho que no eres del tipo de chico que se hace de una novia, pero me gustaría que formalizáramos esto que...

—Angel —le interrumpo cogiéndola de las muñecas con gentileza para apartarlas de mi cuello—. No es mi intención sonar como todo un pesado, pero yo nunca te obligué a nada, es más, fuiste tú quien me buscó hace tiempo y quien aceptó mis condiciones sobre nunca llegar a nada más que amigos con derecho. Como lo has dicho, no soy del tipo que tiene novia, nunca he tenido una, y desde luego existen muchas razones para que eso sea así.