Giyuu era un joven estudiante, quien empezó a soñar con algo, o mejor dicho alguien. No sabia quien era o porque soñaba con esa persona, solo sabía la tranquilidad y felicidad que le daba cuando estaba cerca de esta persona.
¿Podrá saber quién es? ¿...
Tomioka se arrepentía de haber deseado tener las clases de contabilidad, el profesor le causaba algo cuando lo veía o estaba cerca de el y no lo entendía. No podía concentrarse en las clases y por poco decir, tenia desacuerdos él y el profesor.
Era un hombre de unos 25 años, tenía el cabello albino que se le hacía conocido y como había dicho Tokito, era alguien de poca paciencia, un prodigio según otros profesores que le había enseñado al albino. Lo que en realidad le atraía de cierto modo, eran las cicatrices que tenía en su rostro y brazos.
Salió de sus pensamientos cuando termino la clase y vio a todos sus compañeros salir.
Joven Tomioka ¿podría quedarse? -Cuestiono el albino-
Tomioka solo asintió y se quedó sentado, viendo cómo Mitsuri le dan una mirada preocupada antes de irse.
¿Cómo le está pareciendo mi clase? -Pregunto el albino recargando se en su escritorio-
A-aa bien profesor Shinazugawa -Contesto el azabache un poco nervioso-
¿Enserio? -Cuestionó el albino ganándose una mirada dudosa del ojiazul- Veo que se distrae mucho en mi clase, por lo que deduje que mi clase no le es suficiente interesante ¿Quiere más horas de clase? Eso es lo que quiere -Pregunto acercándose a dónde Tomioka-
-El azabache se había puesto nervioso ante el tono amenazante del albino- No señor, e-eh suelo a perderme en mis pensamientos -Explico-
¿A si?¿Y de que tratan esos pensamientos? -Volvio a dar un paso hacia adelante- Me reúno con sus profesores, y he escuchado como lo elogian, por ser uno de los alumnos que prestan mucha atención en sus clases y participa muho.
Profesor no creo que sea un motivo de llamada de atención si no estoy faltando a ninguna de las reglas -Respondio nerviosamente-
No pero no me gusta que no le presten atención a mis clases -Dijo parándose en frente del azabache- No quiero volver a verlo distraído joven Tomioka -Dijo dándose la vuelta dirigiéndose de nuevo a su escritorio-
Tomioka suspiro silenciosamente y puso los ojos en blanco cuando Shinazugawa se había dado la vuelta. Observo como el albino tomo un papel y le hizo una seña de que se acercará, sin replicar en voz alta se acercó.
Por si necesitan un comprobante del porque llegó tarde -Dijo dandole un pedazo de papel- No quiero que me echen la culpa de que alguien esté llegando tarde.
Tomioka solo agarro el papel y se marchó del salón.
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El día siguiente también tuvo clase de contabilidad, y el siguiente, y el siguiente... O sea toda la semana.
Tomioka intento ponerle atención a su clase, pero recuerdos borrosos venían y se iban cada que miraba a los ojos del profesor; por lo que evito mirarlo demasiado.
