➉: Parecen ratas, no conejos.

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SungHoon ya sentía sus dedos doler luego de haber estado mordiéndolos durante todo el rato, a la espera de que alguien le dijera que sus conejitos estaban sanos y salvos

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SungHoon ya sentía sus dedos doler luego de haber estado mordiéndolos durante todo el rato, a la espera de que alguien le dijera que sus conejitos estaban sanos y salvos.

—Vas a hundirte en el suelo como Gorizilla —escuchó la voz de Changbin, quien junto a Yein había decidido acompañarlo—, y Ladybug no podrá venir a salvarte.

—Changbin —llamó Yein, mirándolo con ojos entrecerrados.

—¿Qué? Es verdad, ella está en París.

La chica resopló y decidió ignorarlo, poniéndose de pie para tratar de que SungHoon se sentara y se tranquilizara un poco, pero entonces una enferma llamó a los familiares de Kim Sunoo. Y bueno, SungHoon casi voló.

—Felicidades, sus bebés ya nacieron. Son unas cositas preciosas —le dijo la mujer, sonriéndole con las mejillas sonrojadas. SungHoon soltó un suspiro lleno de alivio y tocó su pecho, sintiendo la emoción en la boca de su estómago junto a su corazón acelerado.

—¿Y mi novio?

—Él está en la sala de recuperación, quizás en un hora sea trasladado a una habitación —le indicó—, por ahora, puede pasar a ver a sus bebés en la sala de neonatología.

—Muchas gracias.

Como le indicó la mujer, SungHoon se dirigió a la sala indicada con pasos rápidos para ver a sus conejitos. Changbin y Yein lo seguían unos pasitos más atrás, con la chica murmurando algo de estar emocionada y Changbin declarando tener miedo.

SungHoon se acercó a la ventanilla, llamando a la mujer que estaba tras ella para pedirle ver a sus bebitos. La mujer le sonrió, felicitándolo, y le indicó que se parara frente al ventanal y que en un momento las cunas donde estaban sus conejitos estarían a su vista.

Y así fue.

—¡Aww, pero que lindos que son! —dijo Yein, cubriendo su boca mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

SungHoon observó las cinco cunas que estaban tras el ventanal, cada una llevando a dos bebitos cubiertos con mamelucos de colores pasteles (atuendos escogidos por Sunoo justo la noche anterior, cuando arreglaban la maleta, qué casualidad). Eran pequeñitos y SungHoon sintió que su corazón se derretía al ver el tamaño de sus manitas. Todos, absolutamente todos, tenían orejitas de conejo, las cuales estaban sin pelaje y acurrucadas contra la piel de su cabecita. Probablemente, sus colitas también debía estar sin pelaje, y... SungHoon no podía esperar para verlos con sus orejitas blancas, iguales a la de Sunoo.

Estaban completamente hermosos.

Ni siquiera se fijó que había empezado a llorar hasta que sintió sus mejillas húmedas, y a Yein abrazarlo por el costado.

—Mm, conejos conejos no parecen, eh.

Y ese era Changbin arruinando el momento.

—Parecen ratas, no conejos.

Aún así, SungHoon no dejó que esa pulga de pene chiquito arruinara su momento de amor hacia sus hijos. Ya Yein se estaba encargando de reprenderlo.

—Papá está ansioso por tomarlos en brazos —les dijo, aún si estos no lo escuchaban, mientras Changbin lloriqueaba detrás de él porque Yein lo amenazaba con algo que no había escuchado, pero a él no podía importarle menos mientras se mantenía hipnotizado con sus bonitos bebés.

kimbit's aventures ♯݊ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora