En aquellos días (1/2)

118 10 3
                                    

Nota: Quiero aclarar que la película existe en la vida real, pero si buscan en internet verán que la fecha de estreno es diferente al de la historia, por comodidad mía xd

I

En aquellos días de su juventud, recordaba vivir una vida plena y liberal. Daba igual si sus padres se oponían a su relación, daba igual si la gente murmuraba al verlos pasar, daba igual si su mejor amiga se distanció por la mala opinión del instituto, daba igual si los profesores les tomaron manía...

Pero un día, ya no daba igual.

II

Shinji actualmente estaba casado con su mejor amiga alemana, tenían dos hijos inclusive. Los años pasaron fugazmente, tanto que ambos ni se dieron cuenta cuando cumplieron sus cuarenta años, y sus hijos ya eran adolescentes. Eran una familia muy feliz y amena, "un ejemplo a seguir" según el vecindario.

El castaño se sentía feliz con la vida que llevaba, amaba a sus retoños y amaba a su esposa. Por las mañanas se sentía en sueños al despertar al lado de una bella mujer, con algunas arrugas, pero era angelical. Recordaba el primer día de escuela de Nina y Kenzo, el día que nacieron sus hijos, el día de su boda, el día que le pidió matrimonio, el día que eran novios, el día que se confesaron, el día que se conocieron, el día que...

Había un día que no quería recordar.

No obstante, tras despertarse y tener la fortuna de no trabajar en ese día, se levantó con ganas de un café cargado, y luego, preparó el desayuno para su esposa (sus hijos se habían marchado a una excursión de varios días). Delicadamente preparó arroz blanco con huevos a la plancha con relleno de carne.

Puso los platos en la mesa, y directamente marchó a la habitación matrimonial.

—Cariño, despierta... El desayuno está listo.

—Déjame dormir, arschgeige. —Refunfuñó entre dientes y dio la vuelta pesadamente.

Soltó una risa suave, y sin dudarlo cargó a su mujer en brazos recibiendo como respuesta una mirada asesina por parte de Asuka. Pero así se querían.

Comían animosamente mientras veían las noticias, una vez concluida la comida, se vistieron y decidieron dedicar el día sólo para ellos. Pensaban en ir a la biblioteca, pero parecía algo que sólo los viejos harían; tal vez al cine, pero ya no eran adolescentes; ¿a la discoteca? Ni hablar. Pero igual prefirieron ir al cine, podrían ver alguna película que se adaptase a sus gustos, como era 'Dolor y Gloria', al parecer tuvo un éxito enorme por España hacía un tiempo, y en Checoslovaquia se estrenaba recientemente.

—Ganador del óscar... Bär, he visto el tráiler y no entiendo nada, ¿crees que será buena película?

—Primero, deja de llamarme osito; segundo, si tanta fama tuvo por algo será, vayamos a verlo que no creo que sea mala.

—Si tú lo dices...

Ambos se dirigían hacia la sala del cine, serpenteaban todos los pasillos que eran un completo laberinto, hasta encontrar la sala correspondiente. No estaban tan emocionados sabiendo que apenas tenían conocimientos de una sinopsis básica del argumento del filme, pero el título sí que llamaba la atención. Pues poner 'Dolor y Gloria' juntos formaban un contraste muy grande, entre negro y blanco, tristeza y alegría, muerte y vida... Un paralelismo total, o eso pensaba Shinji mientras guiaba a Asuka a tientas a subir las escaleras para sentarse en los sillones rojizos.

Se acomodaron y empezó la película. Era muy nostálgica, pues empezaba con la vida de un niño en un pueblo rural español, el cual la tecnología no llegaba aún y sólo un porcentaje reducido de pueblerinos sabían leer y escribir. El niño era travieso, introvertido e inocente. La mujer comparó al protagonista con su marido, tal vez tenían algo de parecido.

Por otro lado, mediante la película se desarrollaba, iba formando una historia muy retorcida e inentendible para alguien que no prestó atención, si bien el monólogo de uno de los personajes contando su infancia con otro hombre en los veranos de hace años le chocó un poco, más le chocó una escena en concreto a un espectador en específico; Ikari.

Él simpatizaba con Salvador, su vida era una mezcolanza de sufrir dolores físicos y mentales, siendo corrompido por la soledad extrema que sentía y aquella angustia existencial, sumando a sus dolores de espalda; pero al mismo tiempo, vivía en la cumbre de la gloria, lugar ganado por sus obras famosas como cineasta, las masas adoraban a Salvador, pero nadie sabía que él también sufría de su infancia, sus decisiones y de la soledad.

"¿Quién soy yo respecto al mundo? Muchos sintieron dolores y glorias a lo largo de su vida, en algunos casos más extraordinario que otros." Se preguntaba el castaño, vio de reojo a su mujer que tenía los párpados caídos por el cansancio y la incomprensión parcial de la película, no la culpaba, ya de por sí la película era muy extraña. Volvió a mirar a la pantalla, y sintió como una lágrima se precipitaba de sus ojos lentamente, queriendo humedecer cada poro de piel a su paso. Recordar la infancia le pesaba, le hacía sentir asfixia por rebuscar en algo tan oscuro y absorbente. Pero conforme la película avanzaba, recordó el día que no quiso recordar.

"No me puedo creer que Salvador sea de esos gustos". Pensó con suma molestia, ahora habría pagado en vano dos entradas para que al final su mujer se quede dormida y él llore y apenas pueda ver lo que pasa con esos ojos acuosos. Suponía que con los ojos ardiendo no podría hacer nada más que aguantarse, mas podría hurgar entre los recuerdos que tanto le atormentaban.

Porque después de todo olvidar tu vida es mucho peor a morir, ¿quién era él sin saber quién es?

En aquellos días de su juventud, el castaño recordaba con fervor sus alegres quince años, cuya etapa fue de dolor y gloria. Pero empezando por la etapa cálida y verde lima, la historia se retomaba en su primer día de instituto cuando vivía en Japón...

.

.

.

Nací para conocerte (Kawoshin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora