Una hora más tarde
Los tres chicos iban en un taxi de camino a encontrarse con Taehyung en la puerta del estudio de tatuajes.
— No entiendo porque tuvimos que tomar un taxi. No te bastó con hacerme mudar a ese nido de ratas donde no puedo pegar un ojo porque si me duermo, estoy segura de que el rarito es capaz de secuestrarme para sacarme la piel y hacerse un taparrabo — protestó el pálido nuevamente.
Desde que Seokjiin le había arrebatado de un manotazo las llaves de su auto, la cara de Min no había cambiado. Se subió al taxi, se cruzó de brazos y se encargó de actualizar sus protestas a cada rato — ¿Qué tienes contra mi Jin? ¿Por qué no dejas que use mi hermoso coche? — presionó.
Seokjin no quería volver a contestar la misma pregunta, no quería que Yoongi lo sacara por tercera vez de sus pensamientos. Su mente estaba en el lugar que quería y no quería interrumpirlo, así que decidió ignorar a su amigo una vez más.
El empresario no entendía su cuerpo, no entendía su mente, no entendía cómo se comportaba cuando Namjoon estaba frente a él. Cuando el chico dormía, qué más hubiera querido Jin que acostarse a su lado y mirarlo sin cansancio. Cuando despertó asustado por el exabrupto de Jimin, Jin no pudo evitar querer tomarlo entre sus brazos y tenerlo seguro entre ellos hasta que el moreno se tranquilizara. ¿Pero cómo podía hacer eso si el otro chico apenas permitía que estuvieran a unos cuantos pasos de distancia? Se preguntó a sí mismo. Pregunta que lo hizo mirar al otro rubio que tenía a su lado, Jimin.
Jimin había visto lo mismo que él, el bailarín también había presenciado la forma en que Namjoon llegó a temblar por el solo hecho de tener las manos de Seokjin en cada uno de sus brazos. Evidentemente al moreno le ponía incómodo la presencia de otras personas a su alrededor, y ni hablar de que otra persona se acercara a él o intentara tocarlo. El mismo Seokjin alcanzó a ver como apenas ellos salían por la puerta del departamento, todo el cuerpo del otro chico se relajaba, y si no hubiese sido porque en ese momento Yoongi había empezado con sus chillidos, el rubio hubiera jurado que escuchó a Namjoon suspirar.
—Si yo hubiera manejado ya hubiéramos llegado ¿Sabes? — al parecer Yoongi no se callaba — Si yo hubiera manejado MI COCHE, no tendríamos que ir todos apretujados en este mugriento carcacho y...—
— Hazme el favor de callarte Yoongi — El pálido lo había logrado, había logrado que Seokjin saliera de sus pensamientos — ¿Cuántas veces tengo que explicarte que por unos meses hay que tratar de pasar desapercibidos? ¡Contéstame Min! ¿Cuántas veces tengo que explicarte? — insistió irritado.
El pálido cruzó aún más sus brazos de ser posible — Si no me dejaste usar mi Porsche, al menos hubiéramos salido en tu Mercedes — alcanzó a murmurar.
Gracias a Dios que el taxista frenó antes de que Seokjin pudiera contestar. El rubio pudo divisar a un impaciente Taehyung en la vereda.
— Dijeron en una hora — les reclamó el chico apenas los tuvo de frente.
— Calma tu trasero princesita, y no me mires así —lo frenó Taehyung — SI hubiéramos usado MI...—
— YA SABEMOS QUE SI HUBIÉRAMOS USADO TU COCHE HUBIÉRAMOS LLEGADO ANTES, PERO NO LO HICIMOS MIN YOONGI. YA NOS TIENES CANSADOS CON TUS QUEJAS — para sorpresa de los otros tres, Jimin había perdido la paciencia que lo caracteriza. Las idas y vueltas con el azabache no lo tenían bien. Después de la fiesta de despedida, se había prometido firmemente que no iba a dejar que Min hiciera y deshiciera cuando él quisiera, se iba a poner firme en exigir de él mucho más de las migajas que recibía. Pero después el estúpido de Yoongi lo tuvo que seguir a su cuarto y bastó con que le susurrara dos o tres cosas lindas para que Jimin dejara que Min lo pusiera contra la pared y lo hiciera gritar rápidamente su nombre. Las convicciones del bailarín se habían ido a la mierda junto con la ropa interior del mismo.
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NO SOY PARA TI ~ NAMJIN
FanfictieAU Un millonario inversor llega desde Corea la ciudad de Nueva York acompañado de su sociedad y mejores amigos con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a su perfecta y controlada vida. Nunca pensó que sus prioridades iba...