Después de observar cómo sufrían los reclutas bajo el mandato de su hermano menor, decidió aprovechar que como ya estaba fuera, iría a ver cómo estaba su lindo pony, Dashy.
En su camino al establo de su amada mascota, notó a un esbirro que se le acercó desde la lejanía, entrando al jardín del castillo.
Tenía lo que parecían unas cartas en sus manos.
— ¿Para mi?—el esbirro asintió, Dylan reconoció el tono de azul de las cintas de la tropa, sonriendo para si—. Gracias.
Recibió el par de cartas y continuó su camino hacia Dashy, pero esta vez mientras abría una de ellas.
Eran mensajes de dos hermanos príncipes (una princesa y un príncipe, respectivamente) de un reino que llevaba años aliado con el suyo, siendo el rey de ese reino prácticamente un tío, ya que lo conoce desde que nació.
Lastima que casi no se comunica con ellos.
Al estar concentrado en los mensajes se desvió del camino original, terminando en la armería.
— ¿Príncipe? ¿Necesita arreglar o mejorar su lanza?—preguntó una adulta joven de pelo castaño, con ropajes azules, indicando que era una trabajadora del lugar.
— ¿Eh?—Dylan soltó su mirada de los papeles para fijarse en su alrededor, dándose cuenta que realmente se desvió de camino, prácticamente estando a las afueras del castillo; rió avergonzado— no, me distraje y me desvié de camino, pero gracias. ¿Te notificaron de las nuevas tropas?
La menor asintió—, si señor, ya las nuevas mosqueteras deberían venir a buscar sus trabucos.
Dylan frunció el ceño, pensando en la peli blanca de hace un buen rato.
— ¿Y a la nueva bandida no se le dará un nuevo palo?
La Armera pareció desconcertada por la pregunta, pero de todas formas respondió al entender la intención.
— Para ella necesito verla primero, para tomar las medidas de la mano y poder hacer un mango más cómodo, considerando que por órdenes del Rey tenía que personalizar las Armas de todas las tropas con la misión de conseguir mayor comodidad.
El príncipe pareció un poco satisfecho, por lo que se dio la vuelta a la dirección correcta para el establo.
— ¡Nos vemos después, Keila!—se despidió, recibiendo un resoplido divertido por parte de ella.
Layken dejó sus cosas en la entrada de su nueva casa, observándola mientras Clint esperaba afuera.
La casa era de una planta, tenía dos habitaciones y un baño, junto a la cocina y un pequeño espacio que podría ser la sala (considerando que ya había un mueble en el lugar
Notó una escalera colgada al final del pasillo, se montó y abrió la trampilla que tenía en el techo, llevándola a la parte superior de la casa, siendo como una terraza, cubierta por una tienda azul que abarcaba gran parte del espacio, protegiéndola del sol.
Después de un rato observando el lugar, volvió con el arquero mágico.
— Terminemos con el recorrido para que puedas acomodarte mejor, ¿esta bien?
— S-Sí.
A Clint le preocupaba parecer un disco rayado con la cantidad de veces que a repetido lo que estarían haciendo el día de hoy, pero intentaba hacerle entender a la más joven que no cambiaria los planes bruscamente.
Entonces así pasó, pasaron todo el resto del día andando por el reino, la guió desde los caminos principales, donde habían unas tiendas en el centro de la ciudad, hasta cómo llegar a las casas de las distintas rarezas de carta.
La bandida se dio cuenta que a pesar de que tenían diferencias ligeras, como el tamaño o la decoración exterior, los lujos que tenían las épicas no eran tantos como para que una casa común podría tener.
Por lo menos no lo suficiente como para hacer sentir mal a alguien (o supone ella).
— Y ese es la taberna del montapuerco, bastante popular entre el reino y la aldea aliada, que por cierto, para llegar a ella se tiene que tomar un corto viaje por ese camino—apuntó a un camino de piedra conectado con los del lugar, que llegaba hasta un bonito arco de mismo material, tenía colgado dos lamparas apagadas (ya que aún no oscurecía) y en el centro un cartel colgante; la letra era un poco más tosca que la de las calles por las que pasaron, pero seguía viéndose bien.
"EDINBURG"
— No fueron muy creativos con el nombre, si quieres mi opinión.—soltó una risita por el comentario del arquero, antes de que esté la mirada y preguntara—. ¿Quieres comer algo? Tómalo como parte de la bienvenida.
Lo pensó unos momentos, el arquero mágico solo ha sido amable con ella, así que rechazarlo sería de muy mal gusto... además, quizás tenía un poco de hambre.
Asintió con menos timidez de la que hizo esta mañana, el mayor sonrió para empezar a caminar hacia el bar.
Quizás no sea tan malo conocer nuevas tropas, aunque sea poco a poco.
Si, estoy viva, tristem-
Espero hayan disfrutado el capítulo, nos vemos en el siguiente.
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«No toda la realeza es mala» [Clash Royale]
FanfictionLayken es una bandida que tiene que convivir con una nueva pandilla. Dylan es un príncipe que vive por su familia y por su reino. Mort es un Mega Caballero que tiene que lidiar con un pequeñito amante de los panqueques y los counters. Kira es una PE...