⚔️VIII: Dos tanques, dos mini tanques⚔️

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El camino desde El Fuerte hasta su hogar temporal se sintió rápido, quizás gracias a Kakku, quien a pesar de parecer un mini Pekka bastante serio era divertido.

La señorita Kira estaba anotando unas cosas en una libreta, sin embargo, parecía estar pendiente de ellos. Al llegar al reino, la mujer cargó su bolso, dejando que su hijo lo arrastrara por el lugar. Pasaron por una gran arena de entrenamiento y unas construcciones. Unas tropas que estaban por el lugar los miraron, poniéndolo nervioso, pero Kakku los ignoró y lo siguió guiando.

Se detuvieron en lo que pareció ser un bar.

¿Q-qué hacemos aquí?

Kakku lo miró—, bueno, el señor Fernando me tiene guardado unas cosas de cocina, así que las buscaré primero antes de que vayamos a casa.—volteó a ver el lugar—. Quédate aquí si no quieres entrar, hay muchas tropas hoy.

— E-eh, está bien—susurró. Quedando de pie a un lado de la entrada, observando un par de duendes pelear a lo lejos.

Aquí las tropas parecían estar más tranquilas, las pocas que andaban en su reino siempre parecían alerta, no se atacaban, pero siempre había una tensión...

Asomó la cabeza por la ventana para mirar dentro del bar a la mesa más cercana, donde unos bárbaros intentaban competir contra una Valquiria bebiendo elixir.

— ¡Ja! Gané.—sonrió con diversión la mujer, dejando la jarra vacía en la mesa. Mientras los rubios se quejaban.

¿Cuándo fue la última vez que él jugó cualquier clase de juego?

Una mano de repente se posó en su hombro, haciéndolo brincar.

¡Wow! Cálmate, soy yo.—habló Kakku, entrecerrando los ojos.— Lo siento, te llegué de sorpresa.

Sergei negó varias veces con nerviosismo.

Vamos, ya terminé.

Llegar a casa siempre le es satisfactorio

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Llegar a casa siempre le es satisfactorio.

Notó que la luz que siempre encendían cuando llegaba el atardecer no iluminaba lo poco que tenía que iluminar, dando a entender que no había nadie.

Mort probablemente estaba entrenando con las demás legendarias.

Ignoró la mueca que se formaba en sus labios al recordar los horarios de ambos, abriendo la puerta de su hogar, dejando pasar a los dos niños.

Posó ambas maletas a un lado del mueble, mientras su hijo hablaba sobre preparar unos panqueques con los ingredientes que acaba de obtener.

Puedes ir haciendo eso con Sergei, Pancake. Yo estaré acomodando su habitación.—le sacudió el cabello, y cuando acercó su mano para palmear al de brazos vendados este se encogió pero no la apartó.

«No toda la realeza es mala» [Clash Royale]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora