«No toda la realeza es mala» [Clash Royale]

⚔️IX: Palos y trabucos⚔️

Maya jugaba con sus manos mientras las tres esperaban, notó que su compañera sin casco jugaba con la solitaria pluma, intentando ocultar su nerviosismo.

La curandera guerrera les dijo que probablemente les den armamento nuevo, con total tranquilidad, así que ni tenían que preocuparse por ello.

— Yo también estoy nerviosa, Maya. Así como te dije ayer, tienes que calmarte.—Susurró a su lado Maena, quien había empezado a jugar con la pluma en su cabeza, soltando el cabello que se sujetaba a esta.

— No puedo evitarlo—hizo una mueca, mientras se pegaba al espaldar de la silla, intentando permanecer derecha.

Merry se quitó su casco, mirándolo con lo que parecía nostalgia, para suspirar y mirar la puerta de la enfermería. La bandida se había ido hace un par de horas y solo había vuelto para buscar sus cosas, así que no sabían nada de ella en este momento.

Si no fuera por el entrenamiento de mosqueteras que recibieron, se hubieran asustado cuando la puerta se abrió de repente.

Era otra mosquetera... pero de mejor apariencia.

— ¡Buenos días! Soy Maggie, un gusto conocerlas.—la chica sonrió, mientras dejaba un saco en el suelo.

Se acercó a ellas, extendiendo la mano alegremente para saludarlas a las tres. Maena recibió el saludo primero.

— El gusto es nuestro.—intentó parecer seria, pero probablemente falló en el intento.

Maya saludó desde lejitos, con la mano y Merry sonrió intentando calmar la emoción. Observaron cómo l a carta especial con más experiencia se alejó y recuperó el saco que había dejado en el piso.

— Aquí tienen su nueva armadura y unas prendas de ropa.—la sonrisa de Maggie era brillante, intentando contener la emoción que le había mostrado al cazador. Sacó uno por uno y se los entregó a las tres—, les voy a... dar un momento para que se arreglen y después puedo llevarlas con el rey... si.

Y salió del lugar rápidamente.

— Eso fue bastante extraño y rápido.—murmuró Merry.

Maena suspiró—, al menos no parece alguien amargada, se ve amable más que nada.

...

Salió del lugar ten pronto les entregó sus nuevas ropas, ya que a pesar de estar emocionada, tenía que controlarse y dar una buena imagen.

El cazador estaba a un lado, la había acompañado excusándose de que el día anterior las escoltó y ya sabían quien era.

Pero ambos saben que es para que ella no se emocione.

— ¿Y?

La chica parpadeó—, ¿"Y"que?

— ¿No las asustaste?

Ella se burló con una sonrisa—. Lamento decepcionar, pero no. Están perfectamente bien.

José entrecerró los ojos (los cuales no se veían por sus cejas) y asintió.— Bien, a penas salgan de ahí tenemos que ir con el rey, ya que quiere verlas antes de que las desaparezcas.