Capítulo 46

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12 de junio de 1.993

Querido amigo:

Hemos estado trabajando todos estos días para lograr que las ciento diez tarjetas de invitación queden relucientes así como el señor Small quiere. Él quiere que este sea el mejor baile de graduación porque creo que es su último semestre en el instituto y quiere «marcharse por la puerta grande». También he pasado algo de tiempo con Bridget porque recuerda que ahora ella y Nick son como una especie de «no-novios» pero aun así, se demuestran su cariño con besos y cosas así, ella le llama «amigos con derecho». Para partirse de la risa.

El otro yo estaba sentado recortando cartulinas en la casa de Nick y miraba a Lilly de la misma manera como la miraba aquella vez en que la conocí por primera vez. O que la vi. Nadie se daba cuenta, como en ese primer momento en la clase, o al menos eso creía hasta que Bridget dijo susurrando «¡hey!» y luego me hizo una seña para ir un momento afuera. Pensé que me iba a insultar, me iba a hablar de Nick o algo así. Pero la verdad es que no fue así. Salimos y ella me dijo:

—La miras como la primera vez.

—¿A quién?

—¡Ay, vamos, bastardo! —insiste con lo de «bastardo». A Lilly.

Eso me hizo pensar que Bridget me vio la primera vez cuando miraba a Lilly y jamás me lo dijo. Bueno, quizá no éramos tan amigos como para decirme que «parecía un bastardo que botaba la baba por la chica nueva».

Yo le respondí:

—Pues, bueno... Sí.

—¿Aún la amas? —preguntó.

—Es difícil, Bridget. Estoy muy confundido.

—Verás, Charlie, te diré algo. ¿Has oído eso de «un día te aman, otro día no»?, lo que en tu caso sería algo como «un día amas, otro no».

—No —respondí—. Creo que lo acabas de inventar.

Rió luego dijo:

—Eso es lo menos importante ahora. Tú eres un chico de riesgos tomar y por cómo la miras sé que aún tienes sentimientos por ella y no lo puedes negar. No sé si sigas queriendo a Sam como antes pero tienes que entender que ella ya no está aquí y disculpa por lo que te voy a decir pero puede que ella ya te haya olvidado y esté feliz con su novio y el hijo que espera y tú estás o estabas aquí sufriendo por alguien que ya no vale la pena.

—¿Nick vale la pena? —pregunté.

Ella se quedó pensativa un rato y bajó la cabeza. Luego me dijo:

—Charlie, él sí vale la pena. Y mucho diría. Quedan pocos como él, te digo.

—Y entonces, ¿por qué no son novios?

—Charlie, yo no tengo novio. Mi mejor amiga es la música y mi novio es un walkman. Nick es especial por ser como es y lo aprecio y estoy dispuesta a ofrecerle tanto amor como me sea posible, pero ¿sabes qué? Debe existir un amor gigante como para que pueda existir una relación de verdad. Un amor gigante como ese que sé que existe entre tú y Lilly.

—Bueno, creo que ya lo sabes —respondí.

—¿Yo sé qué?

—Lo de que él es muy especial.

—Ah, sí, y no tuvo miedo en confesármelo porque creo que en mí, además de una amiga con derecho como yo lo llamo, encontró a alguien más y es una amiga en quien confiar y por encima de todas las cosas, querer. Y lo sé, no somos novios pero aún así, lo quiero y lo aprecio demasiado.

—Lo mismo me pasa con Lilly.

—Charlie. Ambos sabemos que no es así, la amas más que a nada en el mundo y si sigues así la terminarás perdiendo para siempre, cosa que no quieres, ¿verdad?

Las Ventajas de Ser Invisible 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora