El Bebé de Su Hombre Lobo ~ ZaintSee

• Capítulo Tres •

Vínculo de Compañeros

Saint no tenía idea de lo que estaba haciendo. Él conocía casi nada sobre el ambiente nocturno, y únicamente descubrió sobre la localización del establecimiento al que había ido ya que uno de los estudiantes de su escuela secundaria le había confesado que se metió a escondidas dentro usando un id falso. Y ahora, aquí estaba, en una pintoresca y pequeña cafetería, bebiendo una malteada y comiendo waffles con el tipo más caliente que había visto en su vida. Literalmente, Zee exudaba sexualidad, en esa manera de 'soy un chico malo y tú sabes que me quieres'. Saint se las había arreglado para atrapar esa sensación cuando se tropezó hacia Zee e incluso aunque no había sido intencional, había conseguido una pista de los músculos que se escondían debajo de las ropas de Zee. No es que las vestimentas en cuestión hicieran un buen trabajo en enmascarar lo caliente que era Zee. Maldición, Saint había robado un mirada a la entrepierna de Zee y pudo jurar que esos apretados pantalones de cuero deben haber estado sufriendo por solo tratar de contener el miembro del otro hombre.

Saint sintió su rostro en llamas ya que aquel recuerdo causó que su propio miembro se animará. Se enfocó en su malteada y succionó el líquido helado a través de la bombilla, tan rápidamente que casi se causó a sí mismo un cerebro congelado. De alguna manera avergonzado, levantó la mirada hacia Zee, solo para encontrar al otro hombre observándolo con una extraña expresión en su cara. Algunos segundos pasaron mientras ellos solo se miraban el uno al otro, y entonces su 'no del todo cita' le sonrió. "Esto es un poco incómodo, o no?"

Saint suspiro mentalmente. Es probable que Zee no tenga ningún interés en él después de esta noche. Saint estaba muy consciente de aquello. Pero aun así Zee había sido tan agradable con él. Demonios, Saint se sintió a salvo con él más de lo que nunca estuvo con Billy a quien había conocido por meses antes que ellos incluso se mudaran juntos. E inclusive con todo esto, Saint de alguna manera se las estaba arreglando para echarlo a perder. "Lo siento," dijo. "Probablemente ya te estoy aburriendo."

"Para nada," contestó Zee. "Para ser perfectamente honesto, usualmente yo no voy por waffles y malteadas con chicos que conozco en el club, entonces tampoco estoy realmente seguro de cómo debería actuar. Pero estoy más que dispuesto a aprender, si eres paciente conmigo."

Saint estuvo cerca de tragarse la lengua con la emoción que logró leer en la voz de Zee y en sus maravillosos ojos grises. Maldita sea, nunca se hubiera enterado en su vida que existían tantas sombras de grises. Esos profundos orbes parecían que atravesaban su alma, haciéndolo querer arrastrarse al regazo de Zee, o quizás incluso deslizarse bajo la mesa y tomar el miembro de Zee dentro de su boca. Y dioses, eso no quería decir que él ya había comenzado a tener fantasías eróticas sobre Zee?

Las fosas nasales de Zee se abrieron y él se inclinó más hacia Saint. Saint lamió sus labios, embelesado, anhelando por él. Sus manos cosquillearón por alcanzar y probar la suavidad del oscuro y recortado cabello de Zee, pero temió que sí hacía eso, él no iba a ser capaz de detenerse a sí mismo de ir aún más allá.

Al parecer Zee no parecía tener los mismos escrúpulos. Empujando el ahora vacío vaso de malteada a un lado, pasó sus dedos sobre los labios de Saint. Cada uno de los músculos en el cuerpo de Saint se volvieron hyper conscientes de la proximidad de Zee, sólo a través de ese simple, casi platónico toque.

A él le hubiera gustado abrir su boca y succionar esos dedos, pero no se atrevió. Zee retiró sus dígitos antes de que Saint pudiera reunir el coraje. La mente de Saint casi se derritió cuando Zee se lamió sus dedos, explicando "Tenías una gota de malteada ahí."