• Capítulo Siete •

622 100 18
                                    



Consecuencias



Tres semanas después


Se estaba quedando sin jamón. Saint miró el contenido del refrigerador con disgusto y retiró lo que quedaba del producto. "Necesito ir de compras" murmuró en voz bajita.

Mientras él llevaba a su presa a la encimera, Gulf suspiró profundamente. "Cariño, estoy preocupado por ti. Comer no te ayudará a salir de esta depresión y aumentar de peso no hará nada por tu autoestima".

Saint lo ignoró. Agregó tres rebanadas de jamón a su sándwich, luego mentalmente dijo un "qué diablos" y agregó las tres restantes. Gulf soltó un quejido de disgusto. Trató de alcanzar el sándwich de Saint, pero retrocedió cuando este le lanzó una mirada fea.

"Tienes que hacer algo con esta depresión en la que estás. Demonios, odio decir esto, pero quizás sea mejor que vuelvas a llamar a Billy".

"No quiero llamar a Billy". Saint mordió el sándwich y gimió de placer. "Maldita sea, esto es realmente bueno. !Realmente necesito comprar más de este jamón!".

"Estás actuando realmente extraño, Sup" señaló Gulf. "Ni siquiera te gustaba este tipo de comida antes".

"Lo sé, Gulfy", respondió Saint entre bocado y bocado. "Pero la gente cambia, ¿verdad?"

Terminó el sándwich y se lamió los dedos. Maldita sea, él todavía estaba hambriento. Odiaba admitirlo, pero probablemente tenía un problema con la comida. Últimamente parecía estar atiborrándose de todo tipo de alimentos, principalmente de carnes, y nunca tenía suficiente.

Lamentablemente, su apetito también llegó con una aún menos que bienvenida consecuencia. Tan pronto como terminó de comer el sándwich, las náuseas se apoderaron de él. Saint corrió al baño y se arrodilló frente al inodoro ya con arcadas. Su amigo corrió tras él, arrodillándose a su lado y apoyándolo mientras vomitaba.

Después de que él terminó, Gulf lo ayudó a levantarse. Saint se inclinó sobre el fregadero, se lavó la cara y se cepilló los dientes. Mientras tanto, Gulf lo observaba con evidente preocupación. "Si tus pruebas no hubieran salido claras, casi sospecharía que tienes hepatitis, aunque dado todo el asunto de comer y vomitar, la bulimia parece más probable".

Gulf no señaló que solo podían estar seguros de que Saint estaba limpio hasta que repitieran las pruebas dentro de unos meses. Eso era algo en lo que Saint intentaba activamente de no pensar, y estaba agradecido de que su amigo no hurgara innecesariamente en la herida.

"No soy bulímico", respondió malhumorado. "Estoy demasiado gordo para eso".

Se levantó la camisa y miró su vientre ahora distendido. Gulf parpadeó. "Vaya, pusiste aún más peso de lo que me di cuenta. Sup, esto no puede ser saludable. Realmente necesitas ver a un médico. Esto podría ser una especie de tumor".

Saint ya no estaba escuchando. No sabía por qué, pero tentativamente se tocó el estómago, esperando. Y entonces después de algunos segundos, lo sintió. Una patada pareció golpear su palma, desde el interior de su cuerpo.

Saint casi gritó de la impresión. Se deslizó hasta el suelo, más aterrorizado que nunca. Gulf se arrodilló a su lado. "¿Sup, qué pasa? ¿Estás bien?"

"Yo... yo no sé. Sentí algo".

Gulf solo lo miró confundido. "¿Algo?" repitió. "¿Algo como qué?"

El Bebé de Su Hombre Lobo ~ ZaintSeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora