• Capítulo Cuatro •

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La Reclamación 



Zee vivía en uno de esos altos rascacielos diseñados para señalar la riqueza de las personas que lo habitaban. A Saint eso siempre le había parecido bastante frío y ostentoso, y al estar acá con Zee no ha cambiado su parecer.

Sin embargo, había una ventaja en particular que Saint no había esperado sobre ser dueño de un lugar en un lujoso rascacielos, una que fue revelada después de que Zee se estaciono y guió a Saint hacia el elevador. En el momento en que las puertas del ascensor se cerraron, Zee se acercó a él y aplastó sus bocas uniéndolas.

Saint envolvió sus brazos alrededor del cuello de Zee correspondiendo el beso del otro hombre, porque él no podría no hacerlo. Ya que desde el primer momento en el que vio a Zee, él lo había deseado más de lo que alguna vez deseó a cualquiera de sus anteriores novios. Pero Zee no era como ninguno de ellos. Cuando besó a Saint, lo sedujo para que abriera sus labios, entonces empujó su lengua dentro de la boca de Saint, devorándolo. Él sujetó a Saint contra el frío metal de la pared del elevador, frotándose en su contra, su duro miembro empujándose en la cadera de Saint, prácticamente demandando atención.

Saint gimió en el beso de Zee, odiando las ropas que los mantenían apartados, desesperado por estar piel contra piel. Clavó sus manos en el cabello de Zee, todo mientras él hacía sus propios empujones y frotes.

Y entonces, sobre el hombro de Zee, atrapó la vista de una cámara. Se obligó a sí mismo a romper el beso y señaló el aparato. "No podemos," dijo sin aliento.

"Esta bien" Zee respondió, ya acercándose a él nuevamente. "Nadie dirá nada. Ellos saben que no quieren meterse conmigo."

Quizás era demencial que Saint confiara en la palabra de Zee. Solo dios sabia que lo ultimo que quería era tener una grabación de él teniendo sexo circulando en internet. Y quizás debería haber estado alarmado por la agresividad que Zee presentó, ambas, la de ahora y antes. Pero estando aquí con Zee lo hizo sentir seguro y arriesgado a la vez. Arrojó todas las precauciones al viento y alcanzó el cierre de Zee. Y mientras que logró abrir los pantalones del otro hombre, él cayó sobre sus rodillas, listo para venerar esa clase de belleza que era el pene de Zee.

Porque por dios, Zee tenía un miembro asombroso. Él ni siquiera había estado usando ropa interior —algo que Saint debería haber esperado dada la manera en la que los pantalones de cuero se ajustaban— entonces al momento de que el cierre fue bajado, la erección de Zee emergió, tan gruesa y larga, la gran cabeza ya estaba soltando copiosas cantidades de presemen. La lujuria rivalizó con la incertidumbre dentro de Saint. De hecho, él había intentado darle mamadas a Billy antes, pero siempre se detenía justo antes de que pudiera hacerlo. ¿Qué tal si apestaba en esto?

Saint vaciló por demasiado tiempo. Las puertas del ascensor se abrieron y perdió su oportunidad. Él realmente se quejó mientras que Zee lo levantó sobre sus pies y acomodo su miembro de vuelta dentro de sus pantalones. "Zee..." susurró. "Yo quería..."

Se fue apagando, sin siquiera saber qué es lo que quería pedir. Sin embargo, Zee no pareció ser tomado por sorpresa por esta nueva muestra de indecisión. Le sonrío y dijo, "No te preocupes, bebé. Yo sé exactamente lo que quieres."

Fue impresión de Saint o los ojos de Zee destellaron en dorado? Fueron sus dientes un poco más afilados de lo que deberían ser? Nah, él estaba imaginando cosas. Su deseo y ansiedad se le estaban subiendo a la cabeza. Demonios, ni siquiera creía que pudiera caminar fuera del elevador, menos ser una persona racional.

El Bebé de Su Hombre Lobo ~ ZaintSeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora